Los acontecimientos importantes que marcaron nuestra década 2010 a 2020

Un miembro del equipo de Médicos Sin Fronteras se viste para ingresar a la zona de alto riesgo del Centro de Tratamiento de Ebola en Buni, República Democrática del Congo. Junio de 2019.Pablo Garrigos/MSF

Repasamos los acontecimientos más importantes de la década para Médicos Sin Fronteras. Desde el terremoto de Haití en 2010, pasando por el brote de Ébola más grande de la historia en 2014 hasta el éxodo masivo de la población rohingya de Myanmar a Bangladesh en 2017, un resumen de grandes emergencias que también nos da esperanza: gracias a personas como vos pudimos estar ahí.

En los últimos diez años, desde Médicos Sin Fronteras (MSF) seguimos asistiendo a personas amenazadas por conflictos armados, violencia, epidemias o enfermedades olvidadas, desastres naturales y exclusión de la atención médica.

Los acontecimiento importantes de la década

En distintos contextos y con múltiples desafíos, recordamos nuestras actividades en algunos de los sucesos principales de 2010 a 2020:

2010: terremoto en Haití

Carolina Nanclares atiende a una paciente en Haití. Los servicios para pacientes ambulatorios y para pacientes hospitalizados se realizaron debajo de carpas, ya que el hospital sufrió graves daños.

Médicos Sin Fronteras, presente en el país desde 1991, atiende inmediatamente a los damnificados y moviliza uno de los mayores dispositivos de emergencia de su historia. La organización multiplica sus esfuerzos para responder a la epidemia de cólera que estalla a finales de ese año.

2011: guerra en Libia y crisis en el cuerno de África

Distribución de alimentos en Ras Ajdir, Túnez.

Guerra en Libia

MSF ofrece atención médica y psicológica a las víctimas del conflicto en varias ciudades libias y a los refugiados llegados a Túnez.

Sara Abdel Rahman y su familia son refugiados recién llegados de Somalia que viven en un refugio improvisado cerca del campamento de refugiados de Dagahaley, en Dadaab, Kenia.

Crisis en el Cuerno de África

MSF amplía sus actividades en Kenia y Etiopía para dar asistencia a las decenas de miles de refugiados somalíes que huyen del hambre, la violencia y la falta de atención médica.

2012: guerra en Siria

Una enfermera trata a un paciente en un hospital móvil de Médicos Sin Fronteras en el norte de Siria.

Médicos Sin Fronteras por fin consigue poner en marcha actividades médicas dentro de Siria, al tiempo que asiste a los refugiados en los países vecinos.

Las personas en Siria llevan sufriendo guerra y conflictos durante años, obligando a muchas de ellas a huir de sus hogares a medida que el frente de combate avanza hacia su ubicación. Aún hoy, los ataques y enfrentamientos continúan, por lo que la ayuda humanitaria se vuelve vital.

2013: tifón en Filipinas

Escombros en la zona del paseo marítimo de Tacloban, un mes después del tifón Haiyan en Filipinas.

Tifón Haiyán en Filipinas

Unas 16 millones de personas pierden sus hogares y más de 6.200 mueren como consecuencia de este desastre natural. Médicos Sin Fronteras establece 8 centros de salud, realiza 133 clínicas móviles, aplica casi 27.000 vacunas y distribuye más de 71.000 kits con insumos de primera necesidad.  

2014: conflicto en Sudán del Sur y la epidemia de Ébola más grande de la historia

Los desplazados internos de Sudán del Sur obtienen agua de un punto de distribución en uno de los campamentos para personas desplazadas, en los terrenos de la base de la Misión de las Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS) en Juba.

Sudán del Sur

MSF atiende a las víctimas del conflicto por todo el país, con especial atención a los desplazados, que viven en condiciones de precariedad extrema.

Personal médico con traje de protección contra el Ébola, República Democrática del Congo.

Comienza el brote de Ébola en Guinea Conakry

El brote de Ébola más grande de la historia es declarado en marzo de 2014 y, al finalizar dos años después, deja un saldo de más de 11.000 fallecidos.

MSF trabaja al límite de sus capacidades en todos los países afectados de la región: Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona. La organización llega a emplear a 5.300 trabajadores para hacer frente a la enfermedad. Asimismo, realiza un fuerte llamamiento a la comunidad internacional para movilizar una respuesta coordinada que sea práctica, rigurosa y disciplinada, con el objetivo de controlar la epidemia.

2015: crisis migratoria en el Mar Mediterráneo, bombardeo de hospital de MSF en Afganistán y guerra en Yemen

Juan Mátias Gil, coordinador general del barco Dignity I, ayuda a subir a bordo a Richard, de Nigeria, recién rescatado junto a sus padres de un bote a punto de hundirse en el mar Mediterráneo. Septiembre de 2015.

Operaciones de búsqueda y rescate en el Mar Mediterráneo

En 2015 la operación de búsqueda y rescate de Italia, Mare Nostrum, fue reemplazada por un programa de la agencia Frontex centrado en el control fronterizo y no en salvar vidas. 

Guiada por el imperativo humanitario de prevenir la muerte de miles de personas que intentan el peligroso cruce hacia Europa por vía marítima para huir del conflicto, la persecución y la pobreza en sus países de origen, MSF se vio obligada a poner en marcha, por primera vez en su historia, un operativo de búsqueda y rescate en el Mediterráneo. Desde entonces, la organización ya ha rescatado a más de 80.000 personas por medio de sus barcos. 

Personal de Médicos Sin Fronteras en el hospital bombardeado el 3 de Octubre de 2015 en Kunduz, Afganistán.

Bombardeo al hospital de Kunduz

El 3 de octubre de 2015 el hospital de MSF en Kunduz, Afganistán, es arrasado por un bombardeo estadounidense cuando está lleno de pacientes y personal médico; MSF lanza una campaña para reclamar una investigación independiente. En el ataque murieron 22 personas, incluídas 12 miembros del equipo de Médicos Sin Fronteras y 10 pacientes que se encontraban en la unidad de cuidados intensivos, tres niños entre ellos. Otras 37 personas resultaron heridas, de las cuales 19 formaban parte de nuestros equipos. 

Desafortunadamente, este ataque a una instalación médica no fue el único: desde 2015, cerca de un centenar de nuestras instalaciones médicas o que recibían apoyo por parte de nuestra organización han sido bombardeadas. Nuestra ex-presidenta internacional, la Dra. Joanne Liu, pronuncio este discurso en 2016 ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pidiendo respeto por la misión médica y el fin de los bombardeos contra hospitales, personal sanitario y pacientes.

Najeeba es un niño de un año que sufre de desnutrición aguda. “Ella está mejorando

Comienza el conflicto en Yemen

Hoy en día, tras cuatro años de guerra, el sistema de salud yemení está en ruinas. Parte del personal sanitario se ha marchado, debido al impago de salarios desde agosto de 2016, y hay muy pocos hospitales que aún funcionen. Los yemeníes lo tienen muy difícil para poder comprar productos de primera necesidad, como comida, medicamentos y combustible, debido a la crisis económica. Además, el cierre del aeropuerto de Saná impide a la gente buscar tratamiento en otros países.

En respuesta al enorme vacío en los servicios médicos, que afectan especialmente a las mujeres y los niños, los equipos de MSF proporcionaron atención médica materna y pediátrica en distintas gobernaciones del país.

2016: violencia en Nigeria, terremoto en Ecuador y huracán en Haití

Foureza Noura, de 31 años, viajó 130 kilómetros en el automóvil de un comerciante para llevar a su hijo Bassirou de 9 meses al centro de salud de Médicos Sin Fronteras. “En Nigeria, tienes que pagar por la atención médica y la calidad es mala.

Crisis humanitaria en el noreste de Nigeria

En 2016, el conflicto entre el ejército nigeriano y grupos armados provocó una catastrófica emergencia humanitaria en varias áreas del estado de Borno, en el noreste del país, donde se registraron elevadas tasas de mortalidad por desnutrición severa y enfermedades prevenibles.

Los civiles sufren las consecuencias del conflicto, que provocó el desplazamiento forzado de 1.7 millones de personas. Pueblos enteros fueron arrasados y las infraestructuras, incluidas las clínicas médicas, destruidas. Miles de niños murieron por la combinación letal de malaria, desnutrición y sarampión.

Los equipos de MSF realizan una intervención de emergencia en distintos puntos de la región y trabajan para expandir sus actividades a pesar de las limitaciones de seguridad existentes. Para finales de ese año, 20.760 niños habían sido admitidos en los centros de alimentación terapéutica de MSF, 130.000 niños fueron vacunados contra el sarampión, y se distribuyeron más de 1.099 toneladas de alimentos.

Una vez que MSF supo la magnitud del terremoto, la organización movilizó cuatro equipos que ya estaban en la región. También proporcionamos donaciones de medicamentos y suministros médicos a diversas estructuras de salud en las zonas afectadas.

Terremoto en Ecuador

Dos terremotos sacudieron Ecuador el 16 de abril y el 18 de mayo de 2016; murieron unas 670 personas y 17.640 resultaron heridas. Más de 33.360 personas tuvieron que trasladarse a refugios después de que sus casas resultaran dañadas o destruidas.

Inmediatamente después del primer terremoto, cuatro equipos de Médicos Sin Fronteras que ya trabajaban en países vecinos se desplazaron a Ecuador. La intervención, que duró un mes, se centró en las provincias de Manabí y Esmeraldas, dos de las zonas más afectadas y que posteriormente fueron declaradas zonas de desastre.

Tras una evaluación inicial, los equipos de MSF concentraron sus esfuerzos en la salud mental y la distribución de artículos de primera necesidad: organizaron actividades psicosociales (que beneficiaron a 3.675 personas) y distribuyeron 180 kits de higiene, 200 de cocina y más de 60 de cobijo y abrigo (colchones, mantas y lonas de plástico). Asimismo, se desplazaron 10 tanques de agua, con una capacidad de 5.000 litros cada uno. MSF también prestó atención primaria, con un total de 120 consultas.

En Jama, en la costa de Manabí, se distribuyeron kits de cobijo y abrigo, cocina e higiene a 500 familias. En total, más de 2.000 personas se beneficiaron de la asistencia de Médicos Sin Fronteras en esta zona.

Una niña mira desde la puerta de la casa de su familia, en Roche-a-Bateau, al suroeste de Haití, tras el paso del huracán Matthew.

Huracán Mathew en Haití

Las necesidades de salud son inmensas en Haití y, a finales de 2016, El sistema de salud de Haití se debilitó aún más tras el paso del huracán Matthew.

La respuesta de MSF al huracán Matthew se centró en el sur de Haití, la región más afectada: se dio apoyo al hospital Port-à-Piment y se organizaron clínicas móviles, con un total de 17.537 pacientes atendidos (de los cuales 478 padecían cólera). MSF también reparó 26 fuentes y distribuyó más de 10 millones de litros de agua potable. En las zonas montañosas de difícil acceso, suministró materiales de construcción a 9.500 familias y vacunó a 14.000 personas.

2017: éxodo rohingya y conflicto en Siria

Niños rohingyas bailando en la fiesta previa a un casamiento, en un campamento de refugiados improvisado. Distrito Cox's Bazar, Bangladesh.

Masivo éxodo de la población rohingya desde Myanmar hacia Bangladesh

La campaña de violencia organizada por el Ejército de Myanmar contra la población rohingya en el estado de Rakhine a partir del 25 de agosto de 2017 hizo que cientos de miles de personas huyeran al vecino Bangladesh; para finales de año, unos 660.000 refugiados habían llegado al distrito de Cox’s Bazar. La mayoría viven en refugios precarios en asentamientos muy congestionados, propensos a corrimientos de tierra e inundaciones, con nefastas condiciones de higiene y salubridad y escasa agua potable.

En respuesta al pronunciado agravamiento de las necesidades, MSF amplió masivamente sus operaciones en Cox’s Bazar. A fines de 2017, MSF dirigía 19 puestos de salud, tres centros de atención primaria y cuatro hospitales allí.

A finales de 2017, MSF publicó un estudio conducido en los asentamientos de Bangladesh, revelando que, de 9.000 Rohingya fallecidos en Myanmar entre el 25 de agosto y 24 de septiembre de ese año, al menos 6.700 de ellos (en estimaciones conservadoras) murieron a causa de la violencia.

Al menos 730 de los fallecidos eran niños menores de cinco años. Las causas de las muertes fueron por disparos, por ser quemados vivos dentro de sus propias casas, por golpes, por violencia sexual y por minas terrestres. Se trata del único estudio independiente que provee evidencia epidemiológica alrededor de ese período hasta el momento, y sugiere que asesinatos masivos tuvieron lugar en Myanmar.

Amneh de Al Mishlab, al este de la ciudad de Raqqa. Huyó de Al Mishlab con su familia ocho meses antes, y ya lo habían hecho cinco veces antes de regresar ya que el frente de combate se acercaba cada vez más a su ubicación.

Batalla de Raqqa en Siria

En junio de 2017, las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), con apoyo internacional liderado por Estados Unidos, lanzaron una ofensiva para tomar el control de la ciudad de Raqa. A medida que las líneas del frente se acercaban a la ciudad, los civiles quedaron atrapados y la alta peligrosidad hizo que fuera extremadamente difícil llegar a quienes necesitaban ayuda. MSF estableció una unidad de estabilización médica cerca del frente para mejorar las posibilidades de supervivencia de las personas heridas durante los combates o mientras huían de la ciudad.

En noviembre, tras acabar la lucha activa en Raqa, MSF fue una de las escasas organizaciones que proporcionaron asistencia médica en el interior de la ciudad, mediante una unidad de atención primaria y un puesto de estabilización. Cuando la gente comenzó a regresar a casa, muchos resultaron heridos o murieron por culpa de las trampas explosivas, artefactos de fabricación artesanal, minas y municiones sin explotar que habían quedado sembrados por toda la ciudad. MSF trató a 233 personas por este tipo de lesiones en las últimas seis semanas de 2017.

2018: brote de Ébola en República Democrática del Congo

Trabajadores sanitarios en Kalunguta, provincia de Kivu Norte, República Democrática del Congo, noviembre de 2018.

Cuando concluía 2018, República Democrática del Congo estaba en medio del brote de Ébola más grave de la historia del país. La epidemia ha resultado ser extremadamente difícil de controlar, a pesar de la masiva movilización de recursos.

El brote aún no está controlado y la lucha continúa a pesar de los numerosos desafíos. Debido a la aparición de casos nuevos en grupos dispersos, el epicentro se ha trasladado varias veces de lugar. La gran movilidad de las personas en la región y el hecho de que algunos casos nuevos no estén vinculados con ninguna cadena de transmisión previamente conocida hacen que sea aún más difícil rastrear los contactos y controlar la evolución del brote. Además, es una zona de conflicto: la falta de seguridad impide el acceso completo a determinadas áreas y los episodios de violencia han interrumpido las actividades, lo que potencialmente ha causado que la lucha contra el Ébola pierda mucho terreno.

MSF contribuye a la respuesta al Ébola a través de la gestión de cuatro centros de tratamiento del Ébola, actividades de prevención y control de infección y apoyo a las actividades de vacunación.

Hasta mediados de diciembre de 2019, se habían registrado 3.233 casos confirmados de Ébola, y 2.217 personas fallecidas a causa de la enfermedad.

2019: migración en México

Los migrantes y refugiados que esperan en refugios para cruzar a Estados Unidos, están expuestos a riesgos de violencia en la frontera. (Foto: norte de México)

Triángulo Norte de Centroamérica

Salvadoreños, hondureños y guatemaltecos suponen el grueso de pacientes que Médicos Sin Fronteras atiende en los albergues en la ruta por México que muchos migrantes deben atravesar para alcanzar Estados Unidos. El acuerdo de Estados Unidos y El Salvador, y los previos con Guatemala y Honduras, presuponen que estos países pueden proporcionar refugio y protección a los solicitantes de asilo. Pero no es así.

Hace un año, el único albergue que brindaba asistencia a la población migrante estaba casi vacío. Hoy, este lugar que puede acomodar a 180 personas, alberga a más de 400.

Restricciones de Estados Unidos

Debido a las políticas instauradas por el gobierno de Estados Unidos, e implementada por el gobierno de México, conocida como “Política de Medición” (Metering Policy) -que limita el número de solicitudes de asilo en un puerto de entrada entre la frontera de Estados Unidos y México por día- la ciudad mexicana de Tamaulipas se ha convertido en el punto obligado de espera para las personas que buscan solicitar asilo. 

Esta dinámica impacta directamente en la vida de estas personas: las obliga a permanecer en un lugar tan inseguro donde cada día, al menos, sucede un enfrentamiento entre grupos del crimen organizado.

Suscribite al Newsletter
Tus Datos
*Campo obligatorio
*Campo obligatorio
*Seleccione al menos una opción
*Campo obligatorio

¡Hola! Queríamos contarte que tu email ya forma parte de nuestra base, por lo que vas a estar recibiendo el newsletter mensualmente en esa casilla. ¡Gracias por tu interés!

Esta web usa cookies propias y de terceros para ofrecerte una mejor experiencia. Al navegarla aceptás su uso. Podés cambiar esta configuración en cualquier momento.