La situación en Brasil no tiene precedentes: con 2.000 muertes y más de 70.000 nuevos contagios, es hoy el epicentro de la pandemia mundial de COVID-19.
Nuestros equipos en Yemen están observando un aumento drástico del número de personas gravemente enfermas de COVID-19. Los hospitales del país se enfrentan a la escasez de recursos para tratar a los pacientes, incluido el suministro de oxígeno que se encuentra críticamente bajo. Instamos a los grupos médico-humanitarios, así como a los donantes de ayuda internacional, a aumentar inmediatamente sus actividades y su financiación en respuesta.
Desde hace cinco años, el hospital regional de Maroua, en Camerún, brinda cuidados esenciales en medio de una crisis humanitaria compleja en el Lago Chad que combina sequía, inseguridad alimenticia, conflicto y epidemias de enfermedades como la malaria o el sarampión. Es un halo de luz entre tanta desesperanza.
Con el creciente número de casos del nuevo coronavirus, tenemos equipos trabajando en zonas con sistemas de salud deficientes en los estados de Rondônia, Roraima y Amazonas. Según nuestro coordinador de emergencias, en ellos hay menos disponibilidad de camas, por lo cual si la situación empeora los cuidados intensivos simplemente pueden no estar disponibles.
La falta de suministros de oxígeno y el colapso del sistema sanitario en Manaos, con más de 150 muertes diarias a fines de enero, han tenido un efecto trágico en la salud mental de los profesionales de la salud. Alvaro Palha, coordinador de Actividades de Salud Mental relata en primera persona su experiencia trabajando con estos profesionales en el Amazonas.
Hacemos un repaso desde 2011 a 2021, cuando las protestas pronto se convirtieron en un conflicto armado, hasta el día de hoy, pasando por el desplazamiento forzado de la mitad de la población siria -12 millones de personas-, los ataques a hospitales, los atroces asedios a Alepo y Guta oriental, los quirófanos improvisados en sótanos y nuestra acción médica cercana a la línea de frente.
10 años de guerra en Siria han dejado al país devastado, con 12 millones de personas desplazadas -la mitad de la población- y casi el 60% en situación de inseguridad alimentaria, con necesidades enormes. Recordamos algunos momentos clave del conflicto, que ha causado la mayor crisis de desplazamiento del siglo.