Yemen: para frenar el cólera es urgente que se mejore el agua y el saneamiento

María José ‘Quesé’ Blanco es una de nuestras enfermeras en Abs, Yemen. ©Gonzalo Martínez/MSF.

La situación en Abs es grave, que es la región más afectada y un reflejo de lo que ocurre en el resto del país: un sistema de salud colapsado, un sistema de salud colapsado, desplazados y poca presencia de actores humanitarios.

Alertamos que es necesario aumentar urgentemente la ayuda en el distrito de Abs, el área más afectada por el brote de cólera en Yemen. La enfermedad se propaga a través del agua contaminada, así que las actividades de agua y saneamiento son especialmente vitales para combatir el problema desde la raíz.

“En el distrito de Abs, nuestros equipos están viendo una situación de higiene extremadamente pobre y una falta de acceso a agua potable,” dice Gabriel Sánchez, coordinador de proyecto de MSF en Yemen. “Es claro que este es uno de los principales factores de la propagación del actual brote de cólera. El agua y saneamiento eran un problema incluso antes del brote, pero ahora son algo especialmente preocupante. Si no actuamos ahora nos enfrentaremos a una crisis humanitaria aún mayor en las próximas semanas y meses.”

Abs, en la gobernación de Hajjah, registró su primer caso de cólera a finales de marzo. Desde entonces, el número de casos ha estallado, el Centro de Tratamiento de Cólera (CTC) de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la ciudad de Abs está recibiendo hasta a 462 pacientes en un solo día, muchos más que en cualquier otra parte de Yemen.

Con más de 376,000 personas desplazadas dentro de una población estimada de dos millones, Hajjah alberga a más personas desplazadas que cualquier otra gobernación yemení. Alrededor de un cuarto de las personas que se están refugiando en el distrito de Abs frecuentemente viven en áreas remotas sin acceso a los servicios básicos, en un intento por evitar ser un objetivo de los ataques aéreos o de otros tipos de violencia asociados con el conflicto.

En los centros de tratamiento de cólera que instalamos en la gobernación de Hajjah, nuestros equipos están distribuyendo kits de desinfección que incluyen trapeadores, escobas, jabón y tabletas de cloro para purificar suministros de agua.

“Además de atender a los pacientes, es necesario que sus hogares sean desinfectados y que los suministros de agua sean clorados,” dice Cristina Imaz, coordinadora de logística de MSF. “Es necesario instalar puntos de distribución de agua potable, y los lugares en donde se reúnen las personas –como los mercados y estaciones de autobús– necesitan ser desinfectados regularmente. Sin embargo, estas actividades no se están realizando sistemáticamente en este momento.”

Desde que estalló el cólera a finales de marzo, hemos duplicado la escala de respuesta de emergencia en el distrito de Abs, en donde nuestros equipos han atendido a más de 12,000 pacientes con casos sospechosos de cólera y diarrea aguda. Esta cifra representa un quinto de todos los casos atendidos por los equipos de la organización a lo largo de nueve gobernaciones de Yemen; y casi el 5% de todos los casos registrados en el país, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Después de dos meses de crecimiento exponencial, el número semanal de casos de cólera disminuyó por primera vez a principios de julio, pero aún siguen llegando cientos de personas con esta enfermedad para conseguir tratamiento.

Antes de la epidemia de cólera, los equipos de MSF en el hospital rural de Abs fueron testigos de un importante incremento en el número de consultas de emergencia, admisiones pediátricas e intervenciones quirúrgicas. También ha habido brotes de sarampión, tos ferina y picos de malaria, enfermedades que deben estar controladas o de las que debe haber pocos casos. En conjunto, esta es una clara señal de que el sistema de salud yemení, que tiene una desesperada escasez de recursos y personal, está colapsado.

Médicos Sin Fronteras (MSF) comenzó su apoyo al hospital rural de Abs en julio de 2015. El 15 de agosto de 2016 un ataque aéreo destruyó parte del complejo y causó la muerte de 19 personas, incluido un trabajador de la organización, y causó heridas a 24. Poco después, MSF suspendió actividades en varias instalaciones del norte de Yemen. En noviembre del año pasado, la organización reanudó su apoyo al hospital tras reconstruirlo. En el centro trabajan actualmente unos 200 trabajadores nacionales y una docena de profesionales internacionales. En el hospital rural de Abs, MSF gestiona servicios de urgencia, unidades de pediatría, neonatología, una maternidad, un centro de nutrición, un servicio de clínicas móviles y realiza sesiones de ayuda psicosocial.

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