Testimonio de una madre siria, desde un país en conflicto

Las mujeres, junto a los niños, son los más afectados en los conflictos armados, y el caso sirio no es la excepción, recuerda la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) en el día internacional de la mujer. La población siria se enfrenta a un conflicto de violencia muy intensa y a una situación humanitaria catastrófica, […]

Las mujeres, junto a los niños, son los más afectados en los conflictos armados, y el caso sirio no es la excepción, recuerda la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) en el día internacional de la mujer.

La población siria se enfrenta a un conflicto de violencia muy intensa y a una situación humanitaria catastrófica, y la situación de las mujeres es aún más vulnerable. Entre las embarazadas, los abortos espontáneos y los nacimientos antes de término están en aumento por el stress que causa el conflicto. Las mujeres que antes daban a luz en los hospitales, ahora no tienen acceso a servicios de salud gratuitos. Los hospitales de MSF están entre las pocas estructuras que proveen muy necesarios cuidados médicos para mujeres embarazadas y sus bebés. “Las mujeres y los niños están pagando un precio muy alto en esta guerra,” dice Teresa Sancristóval, coordinadora de la unidad de emergencias de MSF.

En este día, MSF difunde el testimonio de una madre siria, cuya hija de nueve años ha resultado herida en una explosión en medio de la violencia que aún azota a Siria a casi dos años del comienzo del conflicto:

“El sábado hubo explosiones cerca de nuestra casa. Una pared colapsó por completo y mi hija se golpeó la cabeza. La llevé al hospital de campaña en una aldea vecina porque no hay puesto de salud cerca nuestro. Afortunadamente, pude encontrar un auto porque no hay ambulancia en donde estamos. El hospital era una especie de subsuelo, y todos los que han sido heridos van ahí a recibir cuidados médicos. Los médicos pudieron parar la hemorragia de mi hija y le pusieron puntos. Quería que le hicieran rayos X pero no tenían el equipo necesario. Mi hija también se quebró un dedo pero mi hijo, de cinco años, está bien.

Se escuchan disparos todo el tiempo, todo el día y toda la noche. Hay helicópteros… casi todos se han ido de la aldea – ya no hay gas, electricidad, agua, no hay pan, no hay teléfono. No hay nada para sobrevivir, ya no se puede vivir allí.

En cuanto a los alimentos, sólo nos quedan nuestras reservas. No me han pagado desde hace dos meses. Todavía trabajo – soy maestra de matemáticas en un pueblo – pero no voy todos los días. Ahora mismo los estudiantes están haciendo sus exámenes.

Un avión voló sobre el pueblo hace una semana y todos, tanto los maestros como los alumnos, se fueron de la escuela. Las ventanas del aula están todas rotas. Sólo hay mesas y sillas, nada más, y han cortado el agua.”

Médicos Sin Fronteras cuenta con tres hospitales en el norte de Siria, ha atendido a 16.000 pacientes y practicado 1.560 operaciones quirúrgicas. Los equipos de MSF intervienen también en Líbano, Irak, Jordania y Turquía, prestando asistencia a los refugiados sirios.

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