Sudán del Sur: terribles ejecuciones en Bentiu

Una nueva ola de enfrentamientos en Bentiu, en el estado de Unidad (en el norte de Sudán del Sur), el pasado 15 de abril ha obligado a decenas de miles de personas a huir a los campamentos de la ONU en busca de seguridad donde se enfrentan a unas condiciones de vida amenazantes. Algunos testimonios […]

Una nueva ola de enfrentamientos en Bentiu, en el estado de Unidad (en el norte de Sudán del Sur), el pasado 15 de abril ha obligado a decenas de miles de personas a huir a los campamentos de la ONU en busca de seguridad donde se enfrentan a unas condiciones de vida amenazantes.

Algunos testimonios han descrito los asesinatos como horripilantes y dirigidos, incluidos los ocurridos en el Hospital Estatal de Bentiu, lo que indica una tendencia preocupante por la escalada de violencia y brutalidad en el país desde el comienzo de la crisis. Tras los enfrentamientos, Médicos Sin Fronteras envió un equipo quirúrgico adicional y suministros médicos por avión para reforzar el equipo de MSF ya presente en la zona. Hasta la fecha, MSF ha tratado más de 230 personas con heridas de bala. “En Bentiu hemos visto cuerpos de civiles esparcidos por las calles en estado avanzado de descomposición, mordidos por perros y pájaros, es una ofensa para la humanidad”, afirma Raphael Gorgeu, coordinador general de MSF en el país. “La violencia en Sudán del Sur ha dado un giro muy peligroso, despojando a las personas de su dignidad humana más básica”.

Sobre la base de los testimonios de testigos presenciales, MSF ha recibido información creíble del asesinato de, al menos 33 personas, en el Hospital Estatal de Bentiu, incluyendo a un trabajador el Ministerio de Salud. “El personal internacional de MSF ha recogido historias de una crueldad terrible que tuvieron lugar en los terrenos del hospital a partir de los testimonios de personas que estaban presentes durante los hechos», afirma Christopher Lockyear, responsable de Operaciones para Sudán del Sur de MSF.

“Aunque los pacientes no fueron específicamente seleccionados, las personas que huyeron hacia el hospital buscando seguridad fueron asesinados en función de sus identidades y lealtades. Una vez más, vemos en Sudán del Sur cómo los hospitales, que deberían ser espacios protegidos, están siendo escenarios de ataques y sadismo”.

Testimonios de los testigos

La violencia llegó a la mezquita según relató a los equipos de MSF un comerciante que se encontraba en su interior cuando comenzaron los enfrentamientos: “Tengo un negocio en el mercado y había traído mercancías desde Juba. Cuando comenzaron los enfrentamientos corrí a la mezquita. Allí había entre 200 y 300 personas. Los rebeldes entraron y comenzaron a acusarnos de estar del lado del Gobierno. Se llevaron nuestro dinero y empezaron a dispararnos. Entonces, otro grupo de hombres armados se acercó y empezó a gritar: ¿por qué los matan? Los disparos se detuvieron. Muchos perdieron la vida. Vi a cinco mujeres y dos niños asesinados. El mismo grupo de rebeldes que detuvo tiroteo llevaron a los heridos al hospital”.

Dos testigos explicaron cómo se llevaron del hospital a un grupo de 21 sudaneses de la región de Darfur y los mataron detrás de la clínica, mientras que un grupo de cinco civiles Nuer, incluyendo una mujer, fueron asesinados dentro del recinto hospitalario.

Un trabajador médico presente durante el ataque lo explicaba de la siguiente forma: “Los enfrentamientos empezaron sobre las 6:30 de la mañana. Civiles y desertores habían huido al recinto del hospital cuando comenzaron los combates. Las fuerzas de la oposición entraron en el recinto sobre las 9:30 buscando a desertores. Nos acusaban de estar del lado del gobierno, nos decían que todos los que habíamos permanecido en Bentiu bajo el control gubernamental éramos traidores. Les explicamos que éramos personal médico. Nos estábamos escondiendo en un edificio cuando vimos como mataban a un grupo de personas. En el grupo había un trabajador del Ministerio de Salud, un hombre de Darfur, una mujer y dos hombres Nuer. El hombre de Darfur se resistió a que se lo llevaran y mataron a todo el grupo. También se llevaron a 22 darfurís detrás del edificio del hospital y solo dejaron vivo a un niño. Después vi los cuerpos de tres darfurís que habían sido asesinados frente el hospital y otros tres dentro del recinto hospitalario. Cuando los soldados se marcharon me fui a la base de la ONU. Ya no me siento seguro en el hospital, me da miedo salir de la base de Naciones Unidas”.

Condiciones precarias de refugio

Como este trabajador sanitario, miles de personas huyeron a la base de la ONU para salvar la vida. La base pasó de albergar 6.000 personas a más de 22.000 en pocos días, un número tan vasto de personas que las organizaciones humanitarias no estaban preparadas para atender. Huyendo de un peligro han caído directamente en otro: sólo hay un baño para cada 130 personas y disponen de menos de 6 litros de agua por persona y día cuando, en una emergencia, se consideran 15 litros al día la cantidad mínima.

Si no se responde de forma urgente, las condiciones de vida y la falta de agua y saneamiento pueden provocar una alta mortalidad por enfermedades prevenibles. Los desplazados se enfrentan a una decisión desesperada entre las peligrosas condiciones de salud dentro de la base de la ONU y unas circunstancias de seguridad muy precarias fuera de la misma. Algunos desplazados relataron al personal de MSF que habían decidido arriesgarse y volver a vivir a la ciudad de Bentiu.

Llamamiento a los actores armados

“Aunque organizaciones como MSF continúan comprometidas con proporcionar asistencia a aquellos que se ven atrapados en el conflicto de la mejor manera posible, estamos muy alarmados dado que la situación está en una espiral fuera de control. La capacidad de las organizaciones humanitarias no es ilimitada”, cuenta Gorgeu. “Los actores armados tienen la responsabilidad moral y legal de limitar las muertes de civiles, facilitar la asistencia humanitaria y respetar las estructuras médicas. Es hora de que la oposición y el gobierno den un paso adelante”. MSF condena la violencia que han sufrido los habitantes de Bentiu como viene realizando desde el inicio de la crisis en Sudán del Sur y denuncia los ataques, independientemente del actor armado involucrado. En este sentido, MSF realiza un llamamiento a todos los actores armados para que cesen los asesinatos selectivos, garanticen el comportamiento y la responsabilidad de los combatientes bajo su mando y asuman su responsabilidad para con la población en las zonas bajo su control.

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Antes del inicio del conflicto en Sudán del Sur, MSF impulsaba un proyecto de VIH/Tuberculosis en el Hospital Estatal de Bentiu y once proyectos en ocho de los diez estados de Sudán del Sur, facilitando un amplio rango de servicios sanitarios. Desde el 15 de diciembre de 2013, MSF ha aumentado su capacidad para responder a necesidades médicas de emergencia en el país y trabaja actualmente en 21 proyectos en nueve de los diez estados, proporcionando asistencia médica básica, apoyo nutricional, cirugía, vacunas y apoyo en agua y saneamiento. En los primeros cuatro meses de la emergencia, los equipos de MSF han llevado a cabo más de 200.000 consultas ambulatorias de las que casi 85.000 fueron niños menores de cinco años.

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