Las vacunas de ARNm tienen muchas ventajas sobre las vacunas tradicionales. Para enfrentar la pandemia de COVID-19, Pfizer y BioNTech tienen la obligación pública de facilitar el incremento de la producción y el suministro mundial de vacunas.
Por las barreras de patentes, muchos niños y niñas con tuberculosis no pueden acceder a fármacos vitales como la bedaquilina y la delamanida, que son mucho más seguros y efectivos que los dolorosos medicamentos basados en inyecciones.
Leé esta nota para enterarte: ¿Qué son las patentes médicas? ¿Qué es lo que ocultan las farmacéuticas? ¿Por qué es necesario cambiar el sistema de patentes durante la pandemia? ¿Y en qué consistió nuestra campaña "Sin Patentes en Pandemia"?
El COVID-19 ha cobrado las vidas de más de 4 millones de personas en todo el mundo. De cara a la reunión del Consejo General de la Organización Mundial del Comercio que se celebra mañana, instamos a los países opositores a que dejen de detener la propuesta de exención de la propiedad intelectual sobre vacunas, medicamentos, diagnósticos y otras tecnologías para combatir esta enfermedad.
El Tocilizumab, el segundo medicamento recomendado por la OMS para el COVID-19, sigue siendo inasequible e inaccesible para la mayor parte del mundo. Para aumentar la producción y el acceso, la farmacéutica suiza Roche debe compartir urgentemente conocimientos y tecnología con una amplia gama de fabricantes en países de ingresos bajos y medios.
Se conocieron en 2020 en el programa para pacientes de tuberculosis que apoyamos en Zhytomyr, que prioriza las necesidades individuales de cada persona y propone tratamientos más cortos y eficaces.