Nauru: el terrible impacto en la salud mental de los solicitantes de asilo y refugiados

Dentro de los asentamientos de refugiados en Nauru, septiembre 2017.MSF

El 60% de los pacientes refugiados y solicitantes de asilo atendidos por Médicos Sin Fronteras (MSF) tuvo pensamientos suicidas y el 30% hizo el intento. Esto ilustra que vivir bajo una política de tramitación indefinida provoca un estado perpetuo de desesperación.

Médicos Sin Fronteras (MSF) publica hoy los primeros datos médicos independientes que muestran el extremo impacto que recibe  la salud mental de los refugiados y solicitantes de asilo en Nauru. El sufrimiento está causado por la política australiana de tramitación indefinida fuera de sus costas. Reclamamos al Gobierno de Australia a que ponga fin a esta política de forma urgente. Reiteramos la solicitud de evacuación inmediata de todos los refugiados y solicitantes de asilo de Nauru –hombres, mujeres y niños– para evitar un mayor deterioro de su salud.

Según el informe de la organización ‘Desesperación sin fin’, el sufrimiento y el impacto en la salud mental en Nauru es uno de los más graves observados por MSF en todo el mundo, incluso en proyectos que brindan atención a víctimas de torturas.

«Los datos médicos que publicamos hoy confirman la desgarradora realidad que presencié en Nauru», explica la doctora Christine Rufener, psicóloga clínica y responsable de salud mental de MSF. 

«Vivía todos los días con la preocupación de cuál de mis pacientes podría intentar quitarse la vida. Tras cinco años de espera, habían perdido toda  esperanza».

Entre los 208 solicitantes de asilo y refugiados tratados por MSF en Nauru, 124 tuvieron pensamientos suicidas y 63 intentaron terminar con su vida. Además, 12 adultos y niños tratados por MSF fueron diagnosticados con síndrome de resignación que se manifiesta en un estado semicomatoso y que les impide comer y beber.

Aunque tres de cada cuatro pacientes refugiados y solicitantes de asilo informaron haber experimentado episodios traumáticos antes de llegar a Nauru, como situaciones de conflicto o reclusión, el informe pone de manifiesto que fue su situación indefinida en Nauru la más nociva para su salud mental. El 65% de los solicitantes de asilo y pacientes refugiados sintieron que no tenían control sobre sus vidas. Estos tenían una probabilidad mucho mayor de tener pensamientos suicidas o de ser diagnosticados con trastornos psiquiátricos graves.

«Si bien muchos de nuestros pacientes habían experimentado traumas, fue la política australiana de tramitación indefinida la que destruyó toda su esperanza en el futuro y devastó su salud mental», denuncia la doctora Rufener.

Más de un tercio de los pacientes solicitantes de asilo y refugiados estaban separados de sus familiares cercanos. Aquellos que permanecían alejados de sus familiares porque estos habían sido evacuados de la isla por razones médicas –una táctica utilizada por el Gobierno australiano para coaccionar a los refugiados evacuados médicamente a regresar a Nauru– tenían 40% más probabilidades de cometer actos suicidas. 

En 11 meses en Nauru, facilitamos atención de salud mental a 285 pacientes, nacionales de la isla, refugiados y solicitantes de asilo. Los equipos de la organización realizaron 1.526 consultas con refugiados y solicitantes de asilo, y 591 con ciudadanos locales.

El Gobierno de Nauru forzó a MSF a abandonar la isla a principios de octubre, cuando más de 200 pacientes aún estaban bajo tratamiento. Nos preocupa la atención de los pacientes que quedaron atrás, los propios nacionales de la isla, los solicitantes de asilo y los refugiados.

La situación de salud mental de la población local también mostró signos de gravedad. Así, casi la mitad de los pacientes nauruanos de MSF padecían psicosis, y muchos requerían hospitalización psiquiátrica que no estaba disponible en la isla.

Resulta llamativa que más de la mitad de nuestros pacientes nauruanos mostraran avances en su salud mental bajo el cuidado de MSF, mientras que solo el 11% de los pacientes refugiados y solicitantes de asilo mejoraron.

“La salud mental de nuestros pacientes de Nauru mejoró de una forma que no tenía reflejo en nuestros pacientes solicitantes de asilo y refugiados, a pesar de recibir la misma calidad de atención. Esto ilustra que vivir bajo una política de tramitación indefinida provoca un estado perpetuo de desesperación, haciendo imposible que los solicitantes de asilo y los refugiados se recuperen», explica el doctor Stewart Condon, presidente de MSF Australia. 

“La actual crisis de salud mental en Nauru es trágicamente predecible. Después de cinco años de privación arbitraria de libertad, su situación es desesperada. El Gobierno australiano debe detener esta política brutal y evacuar inmediatamente a todos los refugiados y solicitantes de asilo de las islas de Nauru y de Manus (perteneciente a Papúa Nueva Guinea). No hay tiempo que perder.»

Le pedimos al Gobierno australiano que ponga fin de inmediato a la contención y confinamiento de solicitantes de asilo y refugiados en alta mar. Desde MSF agradecemos cualquier opción de reasentamiento, incluida la de Nueva Zelanda, siempre que sean rápidas, voluntarias, respeten la unidad familiar y permitan a las personas reconstruir sus vidas y su salud mental.

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