Johnson&Johnson redujo el precio de los medicamentos para la tuberculosis: ahora pedimos a los gobiernos que amplíen el tratamiento

Hanif, paciente con tuberculosis multiresistente, toma su medicación diaria contra la enfermedad en su casa, en el área de Govandi de Mumbai, India. Foto: 2016Atul Loke/Panos Pictures

La bajada del precio por parte de Johnson&Johnson es un paso útil para que las personas con tuberculosis resistente a los medicamentos reciban el mejor tratamiento posible actualmente. El año pasado 120.707 personas se sumaron a la campaña mundial para que la corporación farmacéutica bajara el precio del fármaco. Ahora hacemos un llamado a los gobiernos.

La corporación farmacéutica Johnson & Johnson (J&J) ha anunciado un precio reducido de 1,5* dólares por día para la bedaquilina, un medicamento contra la tuberculosis (TB). Esta decisión es un paso importante que debería permitir a más pacientes con tuberculosis resistente a los medicamentos (TB-DR) acceder a este fármaco vital. Sin embargo, el precio aún debería bajar más y extenderse a más países. Desde que el medicamento salió al mercado en 2012, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha venido apremiando a J&J sobre el precio del mismo.

En esta línea, el año pasado, MSF lanzó una campaña mundial junto a pacientes con TB y organizaciones de la sociedad civil en la que instaban a J&J a reducir en más de la mitad el precio del medicamento en países con ingresos bajos y medios hasta llegar a un dólar al día. 120.707 personas se sumaron a esta campaña y suscribieron la demanda para que J&J bajara el precio.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la bedaquilina, un fármaco oral, como un medicamento esencial en el tratamiento de la TB-DR, para reemplazar a otros más viejos y tóxicos que deben inyectarse diariamente y pueden causar efectos secundarios graves, como sordera. Dada la actual pandemia de COVID-19, la OMS ha aconsejado a los países que traten a las personas con esta forma de tuberculosis en la seguridad de sus hogares mediante el uso de regímenes totalmente orales, incluida la bedaquilina, en lugar de con inyecciones que requieren que los pacientes se desplacen a las clínicas. El tratamiento más antiguo y prolongado de TB-DR utilizado por muchos países hasta ahora requería que los enfermos ingirieran hasta 14.000 píldoras en el transcurso de casi dos años, y que soportaran hasta ocho meses de dolorosas inyecciones diarias.

“En medio de la pandemia de COVID-19, el acceso a un tratamiento asequible con bedaquilina es una necesidad vital para las personas con TB-DR”, afirma la Dra. Pilar Ustero, asesora de TB en la Campaña de Acceso de MSF.

“No es solo que los medicamentos más antiguos que deben inyectarse son dolorosos y pueden causar efectos secundarios graves, sino también que requieren que las personas tengan que desplazarse a los centros de salud todos los días, aumentado el riesgo de infección por COVID-19. Con un precio reducido, los gobiernos deben ampliar urgentemente el uso de bedaquilina como parte central de los regímenes de TB-DR totalmente orales. No perdamos un minuto para poner fin al sufrimiento de las personas con TB-DR”.

El precio de la bedaquilina cargado por J&J ha sido una barrera crítica para que los países ampliasen este tratamiento esencial, especialmente teniendo en cuenta que la bedaquilina es solo uno de los múltiples medicamentos requeridos en un régimen de tratamiento de TB-DR. Dada la importante financiación que J&J recibió para la investigación y el desarrollo de este medicamento en EEUU y otros países en forma dinero público, MSF y otras organizaciones llevan años pidiendo al gigante farmacéutico que baje el precio para aumentar el acceso a más personas. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Liverpool mostró que la bedaquilina se podía producir y vender con ganancias por tan solo 0,25 dólares por día.

“J&J no creó este medicamento solo”, explica Sharonann Lynch, asesora de VIH/sida y TB de la Campaña de Acceso de MSF. “La bedaquilina se desarrolló con un considerable apoyo de los contribuyentes, de fondos públicos y de dotaciones de instituciones sin ánimo de lucro y filantrópicas. J&J recibió inversiones públicas de cientos de millones de dólares, incluidas subvenciones del gobierno de EEUU y diversos incentivos financieros. Organizaciones como MSF también contribuyeron a la investigación del medicamento. J&J no debería cobrar precios altos por este medicamento en ninguna parte”.

El nuevo precio reducido es un 32% más bajo que el precio más bajo anterior disponible para una lista de países determinada por J&J, y vinculada a los compromisos de compra hechos a través del Servicio Mundial de Fármacos (GDF, por sus siglas en inglés) un mecanismo de adquisición dirigido por la Alianza Stop TB que suministra medicamentos para la tuberculosis a países con ingresos bajos y medios. Los países que no compran al GDF no son elegibles para el precio más bajo y continúan haciendo frente a montos más altos cobrados por J&J o por su socio comercial ruso Pharmstandard para algunos países de la Comunidad de Estados Independientes. Por ejemplo, la Federación de Rusia paga más de ocho dólares por día por la bedaquilina, un coste significativamente más alto que el ahora disponible para los países elegibles para el precio reducido de 1,5 dólares por día.

Desde MSF hemos pedido repetidamente a J&J que reduzca aún más el coste de la bedaquilina y ofrezca el precio más bajo a todos los países con una alta carga de TB-DR, para que se puedan salvar más vidas.

J&J es actualmente el único fabricante de bedaquilina y ostenta la patente del medicamento en la mayoría de los países, controlando el precio al que se vende. El monopolio de J&J impide que otros fabricantes en India y en otros países produzcan y suministren versiones genéricas más asequibles. Si bien la patente de la corporación sobre el compuesto base de bedaquilina expira en 2023, ha recurrido a una práctica conocida como evergreening, una estrategia que consiste en extender la patente para prolongar su monopolio sobre el medicamento hasta 2027 en muchos países afectados por la tuberculosis. Los fabricantes de genéricos afirman que pueden producir versiones más asequibles a partir de 2021, pero están bloqueados para acceder al mercado a causa de la patente de J&J. MSF ha pedido reiteradamente a J&J que no aplique sus patentes sobre la bedaquilina y ponga a fin a sus esfuerzos para prolongar su monopolio a través de extensiones de patentes que retrasarían, aún más, la disponibilidad de versiones genéricas del medicamento con garantía de calidad.

“Hemos protestado frente a la sede mundial de J&J y sus oficinas en todo el mundo, junto con personas que han sobrevivido a la TB y a su doloroso y duro tratamiento, instando a la corporación a que baje el precio de este medicamento vital», afirma Lara Dovifat, asesora de Campañas y Política de la Campaña de Acceso de MSF.

«Mientras esperamos ansiosamente que estén disponibles versiones genéricas más asequibles de la bedaquilina, queremos hacer un llamamiento a los gobiernos para que garanticen que las personas con TB-DR reciben el mejor tratamiento posible actualmente. La reducción de precios de hoy es un paso útil.”

* Los cálculos se basan en una reducción del 32% sobre el precio anterior de 400 dólares por un curso de tratamiento de seis meses.

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