Incendio en el campo de refugiados de Moria, Grecia

Ayer por la noche estalló un incendio en Moria, Lesbos, que quemó todo el campo de refugiados y obligó a 12.000 personas a evacuar el lugar.MSF/Médecins Sans Frontières (MSF)

12.000 hombres, mujeres y niños que malvivían atrapados en el campo de refugiados se encuentran ahora en la calle.

El Miércoles 9 de septiembre de 2020 explotó la bomba de tiempo. Lo sabíamos y lo avisamos en muchas ocasiones.

El campo de refugiados de Moria (Lesbos, Grecia) se ha quemado hasta los cimientos tras varios incendios que comenzaron la noche del 8 de septiembre. Unos 12.000 hombres, mujeres y niños han sido evacuados y están ahora en la calle.

“Vimos cómo el fuego se extendía por Moria y se avivaba durante toda la noche. Todo estaba envuelto en llamas, un éxodo de personas iba sin dirección en medio de un infierno en llamas. Niños asustados y padres en estado de shock. Estamos trabajando ahora para abordar sus necesidades», dice Marco Sandrone, coordinador de nuestro proyecto en Lesbos.

Todos los servicios médicos disponibles para los refugiados y solicitantes de asilo se han interrumpido, incluidos los servicios en la clínica pediátrica de MSF.

Debido a que estas personas se han visto atrapadas en condiciones extremas durante casi cinco años, la situación ha llevado a un aumento de las tensiones y la desesperación. Esto solo ha aumentado en los últimos cinco meses a causa de los movimientos restringidos en el campo, justificados apresuradamente como una medida de salud pública en medio de la pandemia de COVID-19. Tras la reciente confirmación de casos positivos de COVID-19 entre los residentes del campo, las crecientes restricciones a las personas han hecho que la situación sea insoportable.

«Las autoridades griegas no han implementado una respuesta de este tipo, y la UE y otros Estados miembros de la UE han renunciado a su responsabilidad y no han hecho casi nada para resolver esta situación«, asevera Aurelie Ponthieu, Asesora Humanitaria de MSF sobre Desplazamiento. 

“La orquestación de sufrimiento humano y la violencia que se han producido por las políticas migratorias europeas y griegas desde años es la culpable del incendio, y solo esperamos que el mismo sistema de contención inhumana no renazca de las cenizas de Moria.”

Actualización 17 de septiembre

Esta mañana la policía griega impidió acceder a nuestro equipo a la nueva clínica en Lesbos. Se está llevando a cabo una operación policial para obligar a los refugiados a ir hacia al nuevo campo.

Después de varias horas, finalmente pudimos reabrir nuestra clínica. El movimiento de personas hacia el campamento continúa y esperamos que la situación no se degenere pero es muy preocupante que durante la operación policial, la prestación de atención médica de MSF se haya visto obligada a interrumpirse.

Actualización 16 de septiembre

MSF se ha sumado a una petición de numerosas organizaciones de la sociedad civil para pedir a la UE y sus países miembros a evacuar a todas las personas que ‘habitaban’ el incendiado campo de Moria, abandonar proyectos que obligan a migrantes a vivir en condiciones inhumanas, e implementar medidas migratorias que aseguren la protección de las personas. Pueden sumar su firma en este link.

Actualización 11 de septiembre

La situación en Lesbos sigue siendo bastante caótica, miles de personas siguen durmiendo en las calles sin acceso a asistencia básica. Las tensiones continúan y esta tarde hubo varias protestas de solicitantes de asilo en las calles de la isla. 

La clínica de MSF está abierta pero no es fácil para los pacientes acceder a ella desde donde se encuentran, por lo que estamos aumentando nuestra capacidad para responder a las necesidades con una intervención móvil.

Mientras tanto, varios estados europeos han acordado acoger a algunos de los 400 menores no acompañados que ya se trasladaron desde Moria. No hace falta decir que es demasiado tarde si se considera que hay al menos 4.000 niños entre los solicitantes de asilo en Lesbos, muchas mujeres embarazadas y personas vulnerables, incluidas al menos 200 personas con alto riesgo de COVID-19.

Actualización 10 de septiembre

Solo uno de los barcos anunciados está en Moria pero los cortes de ruta de la población local están imposibilitando el acceso a los solicitantes de asilo. Los dos barcos militares que supuestamente iban a llegar para albergar a algunas de las personas no han llegado, ya que, según los informes, el ministro de Defensa griego los consideró no apropiados. 

Algunas tiendas de campaña se han enviado desde el continente para apoyar la respuesta de emergencia en la isla, pero no hay un espacio identificado para construirlas. La información de que algunas áreas militares de la isla podrían usarse para albergar a unas 1.000 personas no ha sido confirmada y los bloqueos de carreteras de la población local están dificultando cualquier solución de alojamiento. 

Como resultado, esta noche la mayoría de los hombres, mujeres y niños desplazados por los incendios en Moria tendrán que volver a dormir en la calle.

El incendio obligó a interrumpir temporalmente todos los servicios médicos disponibles para la población refugiada, incluida la clínica pediátrica de MSF. Ayer por la tarde, un equipo de MSF pudo reabrir parcialmente para brindar apoyo básico a algunos de los refugiados, pero esta mañana algunos lugareños han bloqueado la carretera a Moria nuevamente y recién por la tarde pudimos reanudar las actividades en nuestro centro médico.

También hemos establecido una línea de ayuda para ponernos en contacto y brindar asistencia a nuestros pacientes y estamos tratando de construir una respuesta móvil para acceder a la población desplazada en la isla.

Actualización 09 de septiembre

El Gobierno griego anuncia que ha declarado el Estado de Emergencia en la isla.

Según los anuncios, los solicitantes de asilo serán alojados en tres barcos diferentes. Mientras, se han habilitado tiendas de campaña como refugios de urgencia. Cerca de 400 menores no acompañados serán evacuados al continente. Desde MSF supervisaremos la implementación de estas medidas de emergencia, aunque se necesitan más: esto es demasiado poco y demasiado tarde. Seguiremos trabajando en proveer a la población de un alojamiento seguro y digno en el continente y en otros estados europeos, lo antes posible.

Además, hemos reabierto nuestra clínica con un equipo básico y empezado a brindar asistencia a algunos de las personas refugiadas. Nos preocupa que solo se han encontrado ocho de los 35 casos positivos de COVID-19, por lo que es extremadamente importante adoptar medidas de emergencia que tengan en cuenta la pandemia.

¿Qué es Moria?

Es el mayor campo de refugiados de Europa y se encuentra en la isla de Lesbos, en Grecia. Aquí malviven hacinadas y atrapadas unas 12.000 personas: hombres, mujeres y niños (400 menores no acompañados, entre ellos) que no pueden conseguir asilo ni volver a su país de origen tras huir de la guerra, el conflicto y la violencia extrema.

¿Quiénes son los refugiados?

Desde el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Turquía en marzo de 2016, los migrantes y refugiados que estaban en tránsito en las islas griegas quedaron atrapados a la espera de que se determinara su estatus. Pasan largos periodos en centros de recepción inadecuados, con escasa atención médica y con el temor de que los envíen de regreso a Turquía; todo ello agrava sus problemas médicos y de salud mental.

En 2018, llegaron a Grecia más de 50.000 personas migrantes y refugiadas de países como Siria, Afganistán, Irak, Libia y Sudán del Sur atravesaron el Mediterráneola frontera marítima más mortífera del mundo– huyendo del infierno para llegar a otro, quizás aún peor.

¿Cuáles son los problemas del campo?

Moria se construyó para albergar a 3.000 personas. Sin embargo, más de cuatro años después, nada menos que 17.000 personas se hacinan dentro y fuera del campo en condiciones terribles.

El resultado, muchos pacientes, incluidos menores, nos han contado que sienten una desesperación absoluta y que las peligrosas e inhumanas condiciones en Moria son un factor importante en los episodios de desesperanza, las conductas de autolesión o los pensamientos suicidas que han sufrido.

Y es que el día a día que viven miles de refugiados en los campos de las islas griegas es una guerra contra la dignidad y los derechos humanos, una resistencia contra quienes huyen en busca de seguridad. Mientras, Europa mira deliberadamente hacia otro lado.

Marco Sandrone, nuestro coordinador de proyectos en Lesbos describió así la situación en el inhumano campo:

«Las tensiones de estos días en la isla de Lesbos demuestran una vez más el fracaso de Europa. Una Europa cruel, cínica y despiadada ante al destino de hombres, mujeres y niños que huyen de conflictos, como el que está ocurriendo en Siria. Es una total inconsciencia continuar fingiendo no entender lo que está sucediendo en Lesbos.

La situación que vivimos aquí todos los días no es muy diferente de la de una zona en conflicto, una guerra que se libra contra la dignidad, los derechos humanos y la resistencia de quienes huyen en busca de seguridad. En Europa, un continente teóricamente seguro, hemos elegido deliberadamente mirar hacia otro lado.”

¿Y qué sucede con la pandemia de COVID-19?

El 4 de septiembre, el Gobierno griego está aplicando una cuarentena mal planteada y potencialmente dañina en el campo. Una cuarentena masiva y peligrosa que, como ya anunciamos, debía evitarse a toda costa.

Una medidas restrictivas que se usaron para encubrir la falta de una estrategia integral para reducir la transmisión del COVID-19 en el campo y proteger la dignidad de las personas que viven allí.

El número de casos confirmados de COVID-19 entre los residentes no migrantes de la isla de Lesbos había aumentado últimamente, pero hasta el momento solo hay un caso confirmado de COVID-19 entre los habitantes del campo de Moria. El Gobierno griego tenía el deber de poner en marcha una respuesta de salud pública para las personas solicitantes de asilo de Moria, no de encarcelarlas en condiciones infernales con la excusa de proteger a la isla de la propagación del virus.

El campo de Moria nunca ha sido seguro para nadie, pero hay más de 200 personas identificadas que por su edad y condiciones de salud corren un grave riesgo ante la COVID-19. 

¿Qué hace MSF?

Desde 2016, hemos dirigido una clínica en Lesbos para brindar atención primaria, servicios de salud sexual y reproductiva y apoyo en salud mental. A finales de 2017, establecimos otra clínica fuera del centro de recepción de Moria y prestamos los mismos servicios a menores de 16 años, mujeres embarazadas y víctimas de violencia sexual.

También tenemos un equipo en la ciudad de Mitilene que atiende a pacientes con problemas graves de salud mental causados por el trauma y la violencia en su país de origen o en su viaje a Grecia.

A finales de julio, nos vimos obligados a cerrar el centro de aislamiento de COVID-19 que habíamos instalado en Lesbos, después de que las autoridades locales nos impusieran varias multas, con potenciales cargos penales, relacionados con la normativa urbanística.

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