Los grandes financiadores están jugando con la vida de los pacientes de sida

Las medidas de ahorro a corto plazo de los donadores internacionales ignoran las últimas pruebas científicas poniendo en peligro la vida de millones de personas. A pesar de las pruebas científicas que demuestran los beneficios de administrar tratamiento temprano y ampliado a los enfermos de sida, los donantes internacionales hacen caso omiso para ahorrar costes […]

Las medidas de ahorro a corto plazo de los donadores internacionales ignoran las últimas pruebas científicas poniendo en peligro la vida de millones de personas.

A pesar de las pruebas científicas que demuestran los beneficios de administrar tratamiento temprano y ampliado a los enfermos de sida, los donantes internacionales hacen caso omiso para ahorrar costes a corto plazo, perjudicando a 10 millones de personas que necesitan tratamiento, ha afirmado Médicos Sin Fronteras (MSF) en la Conferencia internacional sobre el sida en Viena.

“Hoy, los donantes internacionales esperan que los médicos digan a los pacientes que vuelvan para recibir tratamiento cuando estén a las puertas de la muerte,” manifiesta el Dr. Eric Goemaere, coordinador médico de MSF en Sudáfrica. “Esto es mala medicina. Como médico prefiero dar a un paciente un comprimido hoy y enviarlo a casa que retrasar el tratamiento y verlo dentro de seis meses en el hospital con tuberculosis complicada.”

Los datos del proyecto de MSF en Lesotho, en África del Sur, muestran cómo un tratamiento temprano redujo la tasa de mortalidad y hospitalización en pacientes VIH positivos en más de un 60 por ciento.

Pero los donantes internacionales están haciendo caso omiso a este tipo de investigación, especialmente EEUU, el primer país del mundo donante de fondos para el VIH, y que ahora está aconsejando a los países que limiten el tratamiento a aquellos en la fase más avanzada de la enfermedad.

Además de los beneficios médicos y económicos del inicio temprano del tratamiento, los estudios también demuestran que poner el tratamiento a disposición de la comunidad en general constituye una de las formas más efectivas de prevenir que las personas contraigan el VIH.

A pesar de esta evidencia, existe la tendencia general hacia una retirada de fondos, lo que significa que el tratamiento se retrasará, aplazará o denegará cada vez más. El Fondo Mundial, el principal mecanismo de financiación del tratamiento del VIH, se enfrenta a un importante vacío de financiación. EEUU propone una congelación de fondos para el programa PEPFAR y una disminución de su aportación al Fondo Mundial. Esta misma semana, los medios alemanes reportaron negociaciones de alto nivel para recortar por tres su aportación al Fondo. Austria, el país anfitrión de la Conferencia internacional del sida, no ha aportado ni un solo dólar al Fondo desde 2001.

Esta retirada se produce tras una década de avances, posibilitados gracias a los medicamentos genéricos asequibles y al compromiso de los países donantes: hay más de 5,2 millones de personas con vida gracias al tratamiento que reciben hoy. Con 1,2 millones de personas empezando el tratamiento en 2009, se ha avanzado mucho y muy rápido. No obstante, hay todavía 10 millones de personas que esperan recibir tratamiento y el clima actual indica un menor compromiso de financiación para el tratamiento de las personas en lista de espera.

“En repetidas ocasiones los donantes prometieron a millones de personas una cuerda de salvamento mediante un tratamiento vital”, concluye Goemaere. “Es cuestión de elección: ¿ayudarán los donantes a pagar el tratamiento o dejarán que muera la gente?”

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