Filipinas: seis meses después del tifón

A lo largo de este medio año, los equipos de la organización humanitaria también se han ocupado de distribuir agua potable a los afectados y han ayudado a reparar las estructuras médicas y los sistemas de alcantarillado y de gestión de aguas residuales de diversas localidades y regiones del país. Al mismo tiempo que los […]

A lo largo de este medio año, los equipos de la organización humanitaria también se han ocupado de distribuir agua potable a los afectados y han ayudado a reparar las estructuras médicas y los sistemas de alcantarillado y de gestión de aguas residuales de diversas localidades y regiones del país.

Al mismo tiempo que los trabajos de reconstrucción iban avanzando, MSF se fue retirando de aquellos lugares en los que su trabajo ya no era tan necesario y se centró en aquellas zonas donde el sistema de salud aún no se había recuperado.

“Cada día que pasa se perciben cambios palpables en Guiuan”, explica Laurence de Barros-Duchene, coordinadora de emergencias de MSF en Guiuan, una de las primeras áreas afectadas por el tifón. “Han limpiado las carreteras y los suministros de agua y de luz han sido reestablecidos. En cualquier dirección que mires encuentras gente reconstruyendo sus hogares”.

En Guiuan, MSF apoya un hospital de campaña que cuenta con 50 camas y que presta servicios a una población estimada en 110.000 personas. MSF levantó este hospital de campaña con la intención de sustituir temporalmente al hospital de distrito, que resultó gravemente dañado con el paso del tifón. A día de hoy está gestionado en su mayor parte por trabajadores sanitarios filipinos, mientras que MSF aporta un cirujano, un anestesista y 12 enfermeros filipinos, y presta el asesoramiento y los suministros necesarios para mantener la estructura en funcionamiento, incluyendo las medicinas, el agua, la luz y el equipamiento médico.

“A pesar de que las cosas van volviendo poco a poco a la normalidad, todavía recibimos algunos casos complicados”, explica Evangeline Cua, cirujana de MSF. “Recientemente traté a un niño que tenía osteomielitis crónica (una inflamación del hueso). Antes de recibir tratamiento, cojeaba y sufría dolores constantes, pero después de que le operáramos y de que le diéramos los cuidados médicos necesarios, logró curarse. Hoy anda con completa normalidad”.

MSF también ha comenzado a instalar un hospital semipermanente en Guiuan para trasladar a él a los pacientes que están en el hospital de campaña, así como para acoger a los futuros ingresos que se produzcan. “La temporada de lluvias se acerca y las tiendas de campaña no son el lugar adecuado para mantener pacientes ingresados”, afirma de Barros-Duchene. Este hospital prefabricado está pensado para permanecer en activo hasta cinco años y proporcionará servicios de salud materno infantil, cirugía, consultas externas y hospitalizaciones. Se espera que esté terminado en el mes de junio, momento en el cual los equipos de MSF dejarán Guiuan y traspasarán el hospital al Ministerio de Salud de Filipinas.

MSF está también trabajando para reparar los sistemas de alcantarillado y de gestión de aguas residuales de Guiuan, así como en la distribución de agua potable. Está previsto que ambas tareas puedan terminarse antes del final de mayo. Con la temporada de lluvias a la vuelta de la esquina, los equipos de MSF también están poniendo en marcha las medidas necesarias para prevenir potenciales brotes de dengue, una enfermedad transmitida por mosquitos.

“La gente que perdió su trabajo a causa del tifón, o las familias que perdieron su medio de sustento, se han visto forzadas a vivir en condiciones muy difíciles y no siempre pueden acceder a los cuidados médicos que necesitan”, afirma Akiko Matsumoto, coordinador médico adjunto de MSF en Filipinas. “A pesar de que el alcance de nuestras actividades es limitado, queremos que por lo menos sirvan para proporcionar a las mujeres la tranquilidad de tener un lugar al que pueden acudir para dar a luz de manera segura y gratuita”.

En Leyte, otra de las provincias más afectadas por el paso de Haiyan, las principales necesidades médicas han dejado de ser los cuidados de urgencia y han pasado a ser las enfermedades crónicas y la salud materno infantil. MSF está colaborando en la reconstrucción del hospital provincial, un centro de referencia para las mujeres que sufren complicaciones en el parto. Además de reparar la estructura del hospital, la organización médica está reforzando el equipo de salud local para poder restablecer cuanto antes todos los servicios de maternidad, incluyendo la realización de cesáreas.

“En estos momentos, el número de estructuras médicas capacitadas para gestionar partos es limitado, razón por la cual MSF se va a centrar durante los próximos meses en los cuidados maternos y neonatales”, explica Axelle de la Motta, coordinador de proyectos de MSF.

Por otro lado, el hospital hinchable de MSF en Tacloban y el hospital de campaña de Tanauan han cerrado sus puertas tras constatar una caída en la demanda de servicios y la mejora en la capacidad de respuesta de los servicios de salud locales.

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