Refugiados de Sudán del Sur buscan atención médica de urgencia en Etiopía

Nyawal Biel, de 24 años, es examinada por un trabajador de MSF. Vive en el campo de refugiados de Pugnido y recibe atención médica dentro del campo. Luego de ser revisada, también recibe información sobre cómo tener un embarazo saludable.Zacharias Abubeker

Desde que comenzó en diciembre de 2013, el conflicto armado en Sudán del Sur ha obligado a más de dos millones de personas a abandonar sus hogares. Para quienes viven en el este del país, los campamentos de refugiados en la región de Gambella, en Etiopía, ofrecen el mejor asilo.

«Llegué con mi familia después de ocho días caminando. No teníamos comida ni animales, nos vimos obligados a vender nuestra ropa para comprar leche y poder sobrevivir. Decidimos venir a Etiopía, porque aquí podemos al menos cubrir nuestras necesidades básicas y nuestros hijos pueden recibir una educación«, explica Sarah, de 20 años, cuyo tercer hijo recibió tratamiento médico en una clínica de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el campo de refugiados de Kule. «Podemos llevar una vida caso normal aquí, pero nuestra intención es volver a Sudán del Sur en cuanto mejore la situación».

Para la mayoría, volver a casa es solo una ilusión desde que el año pasado estallaran nuevamente combates en el este de Sudán del Sur. Solo en 2017, 100.000 personas cruzaron la frontera en busca de un respiro. Etiopía alberga actualmente a más de 435.000 sudaneses del sur. Es la mayor población de refugiados del país.

«Cientos de personas llegan cada semana a pie a esta región necesitados de atención médica urgente. A menudo están desnutridos y debilitados por la dureza de la experiencia, cargando poco más que ropa y horribles historias de violencia y destrucción», explica Bart Bardok, coordinador del proyecto de MSF en los campos de Kule y Tierkidi.

«Los estados de desnutrición y la deshidratación son comunes. Al llegar, los refugiados se someten a un examen médico por parte de MSF o de las autoridades sanitarias y, si lo necesitan, son transferidos a una de nuestras clínicas».

En 2017, MSF proporcionó atención médica en tres de los campamentos de refugiados que se levantan en Gambella. En Kule, con un total de 53.000 personas, MSF gestiona un centro de salud y tres puestos de salud, mientras que en el campamento de Tierkidi asiste en otros tres puestos de salud, incluido un servicio de maternidad 24/7 que atiende a 71.000 personas. En el campamento de Pugnido, donde se han establecido 66.000 personas, MSF tenía un puesto de salud que complementaba con otro en la ciudad de Pugnido. Todo en colaboración con las autoridades gubernamentales.

Saskia Spoor, médica de MSF, atendiendo en Kule, Etiopía.

El campamento de Pugnido no recibió nuevos refugiados en 2017 por lo que, a  principios de 2018, MSF decidió cerrar sus puestos de salud y trasladar sus actividades al nuevo campamento de Nguenyyiel, estableciendo allí un puesto de salud. Hasta la fecha (marzo 2018), el campamento de Nguenyyiel ya acoge a 82.000 refugiados, cantidad que se espera que aumente en los próximos meses.

En los tres campos, MSF trató a un total de 340.000 personas en 2017, el 30% de las cuales eran niños menores de cinco años. La malaria fue uno de los problemas más importantes con más de 72.000 casos tratados en los tres lugares; seguido por infecciones respiratorias y diarrea. «Nuestros equipos de MSF responden a las necesidades médicas de los refugiados de Sudán del Sur y de la comunidad local; que en Gambella alcanza las 300.000 personas», explica Oliver Schulz, representante de MSF en Etiopía. «MSF también gestiona clínicas móviles en puntos de entrada a lo largo de la frontera con Etiopía para proporcionar atención médica inmediata».

Además del apoyo en los campamentos, en 2017 MSF comenzó a colaborar con el Hospital General de Gambella en la capital de la región, la única instalación de salud de la región en la que se pueden realizar operaciones quirúrgicas. Con un total de 800.000 personas en su área de captación, incluidos los refugiados y las comunidades locales, el total de ingresos ha aumentado significativamente desde que se corrió la voz sobre la mejora de sus servicios.

«El hospital ha experimentado un aumento en el número de ingresos en los servicios que apoya MSF. Por ejemplo, el número de ingresos en maternidad casi se ha duplicado en pocos meses porque la capacidad del hospital realmente ha aumentado«, dice el Dr. César Pérez Herrero, referente médico del proyecto de MSF en el hospital. «Desde junio de 2017, el hospital ha ayudado a dar a luz a más de 1.900 bebés. Disponer de un servicio de cirugía nos ha permitido garantizar que los procedimientos de urgencia, como las cesáreas, se puedan llevar a cabo de forma rápida y segura«, añade Pérez Herrero.

El trabajo quirúrgico de MSF se ha centrado en intervenciones de urgencia, con las lesiones violentas y las no violentas como los casos más numerosos. El año pasado se realizaron más de 1.500 intervenciones quirúrgicas. Incluso con la ayuda de MSF, el departamento quirúrgico está constantemente desbordado y necesita apoyo adicional. Con la situación en Sudán del Sur empeorando cada mes, es de esperar que una nueva afluencia de refugiados y heridos de guerra llegue en cualquier momento.

La presencia de MSF en Gambella seguirá siendo necesaria mientras continúe la guerra al otro lado de la frontera. MSF mantiene su compromiso por mejorar la calidad de la atención a los pacientes, que tantos obstáculos han superado para llegar hasta Etiopía.

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