El discurso de la OTAN pone en peligro a los pacientes de Afganistán

Médicos Sin Fronteras (MSF), se opone totalmente a una declaración que el Secretario General de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, en la que deja entrever que las ONG deberían ser el “poder blando” o la “cara amable” de una estrategia militar. En zonas de conflicto, MSF nunca trabaja de acuerdo con ninguna estrategia militar, ni […]

Médicos Sin Fronteras (MSF), se opone totalmente a una declaración que el Secretario General de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, en la que deja entrever que las ONG deberían ser el “poder blando” o la “cara amable” de una estrategia militar.

En zonas de conflicto, MSF nunca trabaja de acuerdo con ninguna estrategia militar, ni se asocia a ninguna contraparte de esta naturaleza; es precisamente nuestra independencia y neutralidad lo que nos sirve para negociar el acceso a poblaciones que necesitan asistencia médica urgente.

Declaraciones como ésta por parte de la OTAN crean riesgos adicionales para nuestros pacientes y personal, sugiriendo que la labor médica es parte de una estrategia militar.

Cuando MSF regresó a Afganistán en 2009, en plena escalada del conflicto, fue con el objetivo de proporcionar atención sanitaria inmediata y accesible a personas atrapadas en zonas de conflicto. Para alcanzar este objetivo, MSF ha negociado por igual con todas las partes beligerantes, fuerzas de seguridad afganas e internacionales y grupos de la oposición, para que mantengan sus armas fuera de los recintos hospitalarios en los que trabaja MSF en Kabul y Lashkargah. Sólo así la gente que necesita asistencia médica puede sentirse lo bastante segura como para entrar en las estructuras sanitarias, ya que la ausencia de militares significa que esas estructuras no van a ser atacadas por ninguna de las partes en el conflicto.

La sugerencia por parte del Sr. Rasmussen de que las organizaciones civiles como MSF deberían colaborar de alguna forma o convertirse en el “poder blando” de la OTAN pone en peligro este acuerdo e incrementa las posibilidades de convertir a los hospitales, los pacientes y el personal en blancos para las fuerzas de la oposición.

El Sr. Rasmussen propone que Afganistán debería ser el prototipo de un compromiso entre la OTAN y las ONG. MSF apela al Sr. Rasmussen, así como a todas las otras partes implicadas en el conflicto, a que respeten la necesaria distinción entre objetivos militares y políticos y la asistencia médico-humanitaria independiente.
 

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