La violencia intencionada, el trato inhumano y la tortura no son episodios aislados en los viajes migratorios, incluida la ruta mediterránea.
Nuestro nuevo informe «Inhumano. La tortura a lo largo de la ruta migratoria mediterránea y el apoyo a los supervivientes en un sistema frágil«, publicado con motivo del Día Internacional en Apoyo a las Víctimas de la Tortura, muestra cómo la tortura es un elemento estructural y generalizado a lo largo de esta ruta.
Esta práctica tiene consecuencias devastadoras para la salud física y mental. No sólo deja marcas físicas, sino también profundas cicatrices psicológicas persistentes y debilitantes.
Estas a menudo afectan a todos los aspectos de la vida de una persona. Desde la capacidad para entablar relaciones interpersonales, hasta la persecución de objetivos profesionales e incluso la continuación del desarrollo personal.
La tortura, una práctica sistémica a lo largo de la ruta mediterránea: más del 60% de las torturas se produjeron en Libia.
La historia de Kalifa: un sobreviviente de las torturas en Libia

No fue un objeto, sino su corazón lo que le ayudó a superar el viaje. Y ahora, con un corazón nuevo, se enfrenta a lo que venga después. Kalifa llegó a la clínica de Palermo en octubre de 2024. Actualmente vive en un centro de acogida, asiste a un curso de sastrería, escribe canciones y sueña con convertirse en mediador cultural. © Valentina Tamborra/MSF
Kalifa sobrevivió a la tortura, la detención y la violencia. Llegó a Italia en estado crítico tras un largo viaje, que empezó en Gambia y siguió por Senegal, Mali, Argelia y Libia. Allí donde pasó meses atrapado y torturado, pasando de una cárcel a otra.
Hoy, tras un trasplante de corazón, está construyendo su nueva vida en Palermo (Italia).
«Doy gracias a Dios porque sigo vivo, pero algunas personas murieron delante de mí. Atravesamos el desierto y Libia. En las cárceles libias vi cómo mataban a gente y violaban a mujeres delante de mí. En Italia me dieron otro corazón porque el mío no funcionaba. Todavía hay muchas cosas que no puedo hacer, pero estoy vivo. Puedo trabajar, ver sitios bonitos y disfrutar de cada pequeño momento«, dice Kalifa. El ahora asiste a un curso de sastrería, escribe canciones y espera convertirse en mediador intercultural. «Hay mucha gente que pasó por lo mismo que yo y no lo consiguió. Ahora sé lo afortunado que fui: Sigo vivo«.
Kalifa es una de los centenares de personas atendidas por MSF en un proyecto de rehabilitación de supervivientes de tortura en Palermo.
Cifras alarmantes sobre los casos de tortura

De enero de 2023 a febrero de 2025, nuestro proyecto en Palermo asistió a 160 supervivientes de tortura. La mayoría hombres (75%) con una edad media de 25 años.
Tortura en el camino hacia Europa
- En el 82% de los casos, la tortura se produjo en países de tránsito. Libia fue el país con mayor incidencia (108 casos), seguido de Túnez (41).
La paradoja de los “países seguros”
- Además, el 36,5% de los episodios se produjeron en nueve países catalogados por el gobierno italiano y la Comisión Europea como países de origen seguros, a efectos de repatriación: Argelia, Bangladesh, Costa de Marfil, Egipto, Gambia, Ghana, Marruecos, Túnez y Senegal.
¿Quiénes son los perpetradores?
- Los pacientes informaron de que en más del 60% de los casos de tortura, los autores eran contrabandistas. Mientras que en el 30% de los casos, eran funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.
Los episodios de tortura se produjeron a menudo en prisiones formales e informales, en centros de detención dirigidos por milicias o inmediatamente después de intentos fallidos de fuga por mar.
Víctimas de violencia sexual y de género
- Las mujeres, a lo largo de su viaje en busca de seguridad en Europa, suelen ser víctimas de violencia sexual y de género. El 80% de las pacientes de nuestro proyecto sufrieron violencia sexual y de género, a menudo combinada con otras formas de tortura, y el 70% sufrió violencia sexual en su país de origen.
Los hombres no están exentos de esta forma de violencia. Algunos pacientes declararon ser ellos mismos víctimas de violencia sexual o verse obligados a presenciar actos de violencia sexual perpetrados contra sus esposas o hermanas.
Heridas duraderas: más que dolor físico

*Contenido sensible.
Palizas, latigazos, quemaduras, arrancamiento de uñas, electrocución, violencia sexual o asfixia son algunos de los actos de tortura y malos tratos que sufren los pacientes de MSF.
Sus efectos en el ser humano son numerosos y profundos, y afectan a las dimensiones física, psicológica, cultural y social. Pueden dejar cicatrices físicas visibles y provocar afecciones crónicas y dolor crónico, o permanecer invisibles, causando daños psicológicos duraderos.
De hecho, más allá de las afecciones físicas, los efectos más duraderos son los psicológicos. El 67% de los pacientes sufren trastorno de estrés postraumático (TEPT), a menudo acompañado de ansiedad, depresión, pesadillas, entumecimiento emocional y aislamiento.
Entre las supervivientes de tortura, violación y explotación sexual por razones de género, los datos muestran que los síntomas y afecciones ginecológicas son más prevalentes que otros problemas médicos, afectando al 6% de las pacientes, junto con la ansiedad, la depresión y el TEPT.
«La tortura intenta aniquilar la identidad. El cuerpo recuerda el dolor. La mente queda atrapada en él. Nuestro trabajo consiste en reconstruir lo que se rompió: ayudar a las personas a volver a sentirse humanas a través de una vía de rehabilitación interdisciplinar. Empezamos el proceso terapéutico con los pacientes creando una relación basada en la confianza: un espacio seguro donde el paciente pueda volver a sentirse un ser humano, libre de elegir y decidir por sí mismo”.
Monica Rugari, psicóloga de MSF en Palermo.
Reconstruir la vida y sanar la identidad

A pesar de las terribles consecuencias de la tortura, la rehabilitación ofrece una vía para sanar la identidad y reconstruir la vida de los supervivientes de la tortura y la violencia intencionada.
Desde 2021, el servicio para la rehabilitación de supervivientes de tortura, actualmente está dirigido por MSF en colaboración con el Hospital Universitario Paolo Giaccone, el Departamento ProMISE, CLEDU, y la Universidad de Palermo.
Hemos estado ofreciendo atención y apoyo dedicados a los supervivientes de tortura en Palermo, Italia, a través de un proyecto de rehabilitación especializado que aborda las necesidades médicas, psicológicas, sociales y legales, incluyendo siempre la mediación intercultural.
«Cuando te han torturado, tu sentido del tiempo se rompe. No hay ‘antes’ ni ‘después’, solo el momento de la violencia, que nunca termina. Siempre hay flores entre las piedras, porque mientras estemos vivos, todavía hay una historia que escribir”
Grazia Armenia, psicóloga de MSF en Palermo.