«Tenés que acercarte de manera diferente a cada sobreviviente de tortura»

Grupo de arte terapéutico en los proyectos para víctimas de tortura en Atenas.Albert Masias

Natalia Torrent es una de las jefas de misión de MSF en Medio Oriente, ahí ayudó a lanzar un nuevo centro para atender a sobrevivientes de tortura y maltratos. Nos describe cómo los pacientes reciben atención de un equipo de médicos, psicólogos y fisioterapeutas para ayudarlos a sobrellevar los traumas pasados y presentes.

El centro recibe pacientes de varios países diferentes, ¿cuáles son algunas de las experiencias que han soportado?

Los pacientes que recibimos en el centro huyeron de sus países por diferentes razones, pero la principal son los conflictos. Los traumas que soportaron no son solo los asociados con vivir en medio de un conflicto, ser detenido, ser perseguido o torturado. También soportaron el maltrato de quienes están durante el viaje para escapar.

Algunos de nuestros pacientes fueron detenidos en prisiones estatales y abusados sexualmente. Algunos los dejaron durante días en espacios pequeños y aislados. Algunos fueron electrocutados en todas las partes de su cuerpo. En algunos casos, cuando nuestros pacientes huyeron de sus países, se pusieron en manos de contrabandistas que en lugar de ayudarlos, se aprovecharon de ellos.

¿Cuáles son algunas de las ideas erróneas sobre sus experiencias?

Algunas de sus heridas pueden ser invisibles aunque las cicatrices físicas se hayan curado. Esto no significa que sean menos vulnerables. Cada paciente es un individuo con diferentes formas de afrontamiento. Experimentan las situaciones de diferentes formas debido a sus antecedentes, sus redes sociales, su cultura, o incluso sus propias percepciones de sí mismos. Tienes que acercarte a cada paciente de manera diferente.

¿Cómo comienzan a recuperarse estas víctimas de tortura?

El viaje hacia la recuperación puede ser diferente de una persona a otra. No podemos suponer que los patrones son similares para todos. Para una persona el proceso puede comenzar con una sensación de estar seguro en un lugar, o un esfuerzo consciente para recuperar su confianza en la humanidad.

Para algunos de ellos, el viaje puede comenzar con la recuperación de, por ejemplo, la movilidad perdida en un brazo, lo que les permite retomar su rol tradicional como sostén de la familia. Para algunos, la recuperación puede comenzar desde el día en que ingresan al centro. Para otros, puede llevar más tiempo.

Más allá de lidiar con el trauma de esa experiencia en sí misma, ¿cuáles son algunos de los problemas más difíciles a los que se enfrentan los sobrevivientes de la tortura en su camino hacia la recuperación? ¿Podés compartir con nosotros algunas historias personales?

Sus dificultades no son solo las dificultades de su condición como migrantes en un país nuevo, también lo son sus condiciones de vida personales. Al igual que con cualquier otro migrante en un país diferente, los temas básicos como el desempleo, cómo alimentar a su familia o cómo relacionarse con la comunidad de acogida, son relevantes. También hay problemas asociados con el estigma que impide que los sobrevivientes divulguen detalles de lo que sucedió, ya sea en su país de origen o durante su trayecto.

Por ejemplo, el principal problema para uno de nuestros pacientes era que no podía ser el sostén económico para su familia. Para él, el hecho de no poder trabajar debido a una disfunción física lo estaba marcando y lo estaba reteniendo en su camino hacia la recuperación.

Este es un nuevo enfoque para MSF. ¿Qué estamos aprendiendo como organización sobre cómo podemos ayudar a las víctimas de la tortura?

Apoyar a los sobrevivientes de tortura es una tarea compleja. Requiere la colaboración de diferentes actores. No sólo es el trabajo de un médico o un psicólogo. Es un esfuerzo grupal, y lo más importante de ese esfuerzo es devolver la autonomía y la voz al paciente.

¿Cuáles son algunas de las mejoras concretas que vimos en algunas de las vidas de los pacientes después de su tratamiento en el centro?

Es muy complicado evaluar cuándo alguien se ‘recuperó’. Cada uno tiene un marcador diferente para su proceso de curación, por lo que necesitamos un enfoque personalizado. Para algunos puede ser un caso de recuperación de la funcionalidad perdida para poder lidiar con su vida. Para otros, es un proceso más abstracto sobre la recuperación de la dignidad perdida. Es una cuestión compleja: no hay una ecuación simple de uno más uno es igual a dos.

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