Desde enero de 2017, han llegado a Uganda más de 230.000 sudaneses del Sur, huyendo de la escalada de violencia generada por varios grupos armados de la región ecuatorial, y todos necesitan ayuda humanitaria inmediata.
Han recibido 97,8 toneladas de comida en siete campos de desplazados en Kabo, Gbazara y Moyenne Sido, en el norte del país. Alrededor de un 40% de la población, unos dos millones de personas, se encuentra en situación de inseguridad alimentaria.
Las dificultades comienzan al inicio del embarazo. El asedio ha provocado una grave escasez de alimentos y muchas mujeres embarazadas sufren desnutrición, una circunstancia que puede provocarles una anemia grave y otros problemas de salud. «A causa de la falta de alimentos y, por consiguiente, de una buena nutrición, muchas mujeres embarazadas padecen anemia severa […]
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