Desde enero de 2017, han llegado a Uganda más de 230.000 sudaneses del Sur, huyendo de la escalada de violencia generada por varios grupos armados de la región ecuatorial, y todos necesitan ayuda humanitaria inmediata.
Aisha Akello nació en Uganda y se encontró por primera vez con Médicos Sin Fronteras (MSF) cuando vivía en un campo de desplazados y su hermano necesitaba tratamiento de urgencia por desnutrición. Pasaron más de treinta años desde ese entonces. Ahora trabaja como matrona en MSF y cuenta su inspirador relato.
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