La población somalí, atrapada y sin asistencia médica

La desnutrición aumenta drásticamente en muchos lugares de Somalia mientras la asistencia disminuye. Los somalíes se enfrentan actualmente a una crisis humanitaria grave con necesidades críticas sin cubrir. Sólo en el mes de mayo, los equipos de la organización medico-humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF) que trabajan en los suburbios de Mogadiscio, Hawa Abdi y Afgoye, […]

La desnutrición aumenta drásticamente en muchos lugares de Somalia mientras la asistencia disminuye.

Los somalíes se enfrentan actualmente a una crisis humanitaria grave con necesidades críticas sin cubrir. Sólo en el mes de mayo, los equipos de la organización medico-humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF) que trabajan en los suburbios de Mogadiscio, Hawa Abdi y Afgoye, han tratado a más de 2.500 niños con desnutrición aguda. Las admisiones a los programas nutricionales de MSF se han doblado tanto en abril como en mayo. Los índices de desnutrición han sobrepasado los umbrales de emergencia durante el último año. El número de nuevos casos está incrementando drásticamente mientras que la asistencia externa disminuye en calidad y en cantidad debido a la alta inseguridad y el aumento de los ataques contra trabajadores humanitarios. Los somalíes que tratan de huir de la violencia tienen pocas opciones para escapar ya que la principal frontera para cruzar está cerrada.

“Somalia ya no está al borde de una catástrofe, el desastre está pasando ahora”, afirma Bruno Jochum, director de operaciones de MSF en Ginebra. “Sólo la semana pasada, más de 500 niños severamente desnutridos fueron internados en nuestros programas de nutrición. Uno de cada seis de estos niños han sido hospitalizados por las complicaciones médicas. Si esta tendencia continua, la desnutrición puede afectar pronto a la población más general, como niños mayores de cinco años y adultos vulnerables. La situación es trágica y somos incapaces de proporcionar la ayuda necesaria para prevenir que la situación se deteriore más”.

En el eje Afgoye-Mogadiscio, más de 250.000 personas están viviendo en condiciones de hacinamiento graves y los números no paran de crecer ya que muchas personas huyen de la violencia en la capital. Disponen de menos de 10 litros de agua potable al día por persona y la mayoría de las familias viven en refugios improvisados que les dan poca protección. Los precios de los alimentos básicos, como el arroz y el maíz, se han triplicado desde principios del año y muchos desplazados dependen exclusivamente de la asistencia externa.

La violencia continua en Mogadiscio y sus alrededores, cobrándose la vida de muchos civiles. En la sala de operaciones en Dayniile, en las afueras de Mogadiscio, se han atendido más de 2.100 pacientes con heridas desde principios de 2008. Más de la mitad son mujeres y niños menores de 14 años. El 56% de nuestros pacientes son atendidos por heridas relacionadas con la violencia, como heridas de bala y explosiones.

Este clima de inseguridad tan volátil impide que haya una evolución significativa en el nivel y la calidad de la asistencia. Los trabajadores humanitarios regularmente se convierten en blancos, siendo secuestrados o asesinados y ninguna organización, incluyendo MSF, puede trabajar con continuidad con su personal internacional en el terreno.

“Veinticuatro meses después de la implicación política y militar de los miembros de la comunidad internacional en nombre del reestablecimiento de la estabilidad y de la lucha contra el terrorismo, la situación es catastrófica para la población somalí”, dice Christophe Fournier, presidente internacional de MSF. “El conflicto se ha intensificado, y la violencia contra los civiles que proviene de todas las partes del conflicto, contribuye al desastre humanitario actual. MSF pide que se asegure la independencia de la acción humanitaria frente a la agenda política y de mantenimiento de la paz y que todos los beligerantes garanticen acceso seguro a los actores humanitarios”.

MSF trabaja en Somalia desde 1991. La organización es el principal proveedor de asistencia médica en el centro y el sur del país (en 2007, se han hecho unas 520,000 consultas, se han admitido unos 23,000 pacientes en los hospitales y se han hecho 2,500 intervenciones quirúrgicas). En la actualidad, la inseguridad impide a MSF enviar personal internacional de forma permanente al terreno. Pese a la dedicación del personal somalí, que continua llevando los programas y proporcionando ayuda médica de urgencia en las regiones de Bakool, Banadir, Bay, Galgaduud, Hiraan, Lower y Middle Juba, Mudug, y Lower and Middle Shabell, esta ayuda es insuficiente en comparación con lo que se necesita hoy en día en Somalia.
 

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