Myanmar: una carrera contra el tiempo para hacer llegar la ayuda a los supervivientes del ciclón

Tres semanas después de que el ciclón Nargis golpeara Myanmar, la ayuda que llega a las zonas afectadas sigue siendo insuficiente y muchos supervivientes aún no han recibido la asistencia más básica, fundamentalmente comida y refugio. Pese a que Médicos sin Fronteras (MSF) ha podido llevar comida y otros materiales de emergencia a unas 120,000 […]

Tres semanas después de que el ciclón Nargis golpeara Myanmar, la ayuda que llega a las zonas afectadas sigue siendo insuficiente y muchos supervivientes aún no han recibido la asistencia más básica, fundamentalmente comida y refugio.

Pese a que Médicos sin Fronteras (MSF) ha podido llevar comida y otros materiales de emergencia a unas 120,000 personas que viven en la devastada zona del Delta del Irrawaddy, los retos son aún enormes. Las restricciones del gobierno para trabajadores humanitarios internacionales y un terreno donde resulta muy difícil trabajar supone que muchos sigan aún en situación desesperada.

“Miles de personas no han visto a ni un solo trabajador humanitario y no han recibido ningún tipo de asistencia”, enfatiza Jean-Sebastien Matte, coordinador de la emergencia de MSF. “Ayer, nuestros equipos que viajaban en barco para llegar a las zonas más aisladas, consiguieron llegar a los pueblos más alejados de la zona de Bogaley. En estos pueblos encontramos a gente que no había comido en tres días. Lloraban y nos suplicaban para que les diéramos comida. Pudimos distribuir algunas raciones de emergencia. Sin embargo, desafortunadamente, hay muchos más pueblos como este con personas en una situación de necesidad grave”.

Sin comida ni refugio
Las mayoría de necesidades siguen siendo comida y refugio adecuado, ya que sigue lloviendo con fuerza todos los días y las víctimas siguen a la intemperie o agrupadas en pagodas, monasterios, colegios y otros refugios improvisados. Una red de 36 equipos móviles de MSF están distribuyendo bienes de acuerdo con la necesidades de la población cerca de las ciudades sureñas de Bogaley, Labutta y Ngapudaw. Por el momento han repartido más de 310 toneladas de arroz, unas 84.000 latas de pescado, 16.500 litros de aceite para cocinar y plástico para usar como refugio a más de 60.000 familias. Algunas áreas han sido identificadas para recibir una segunda ronda de distribución porque sigue habiendo enormes necesidades .

Necesidades médicas que cambian
MSF también está proporcionando ayuda médica urgente en varios lugares. El equipo médico realiza unas 500 consultas diarias utilizando clínicas y equipos móviles. Inicialmente el personal trataba pequeñas heridas y fracturas causadas por la caída de escombros o árboles. Sin embargo, ahora, los equipos están viendo menos de estos casos y más pacientes con fiebre, diarrea e infecciones respiratorias. Este tipo de enfermedades pueden ser causadas o agravadas por las condiciones de vida de muchos supervivientes que incluyen falta de un cobijo adecuado, agua de dudosa calidad y comida insuficiente. Los casos más severos se derivan a los hospitales de la zona.

Problemas de agua y saneamiento
Los expertos en agua y saneamiento han distribuido contenedores para agua, limpiado estanques contaminados, instalado tanques y construido unidades de tratamiento para asegurar agua potable ya que este sigue siendo un grave problema en muchas áreas. Además, muchas letrinas han quedado destrozadas por la tormenta y necesitan ser reconstruidas. Por estas razones, la organización sigue preocupada por posibles brotes de enfermedades infecciosas aunque, hasta la fecha, no se ha detectado ninguno.

Recuerdos insoportables
El apoyo psicosocial es una necesidad importante. Muchos de los que vivieron el ciclón han presenciado cosas horribles, están traumatizados por sus experiencias, y padecen problemas para dormir, dolores de estómago o de pecho, alta presión sanguínea, e incluso pérdida del habla Un trabajador nacional de MSF recuerda a el caso de un paciente con heridas al que atendió: “Llevaba a su hijo en el cuello mientras nadaba junto a su mujer. Pero tras un rato, el cansancio se hizo insoportable y el niño se le soltó. Entonces su mujer fue a salvarle, nadó tras él y los dos se ahogaron. No pudo hacer nada. Cuando le vi estaba completamente destrozado. No sabía qué decirle”.

Próximos pasos
Tras la promesa del gobierno de suavizar las restricciones que impedían a la mayoría de trabajadores internacionales acceder a las zonas devastadas, MSF se está preparando para enviar a más personal especializado al área del Delta , algo crucial para reforzar las operaciones ya que muchos de los trabajadores locales de Myanmar nunca han trabajado en zonas de desastre antes. Actualmente, hay unos 250 médicos, enfermeras, logistas y coordinadores en la zona del Delta, incluyendo más de 12 trabajadores internacionales especializados en áreas como agua y saneamiento así como en coordinación de emergencias.

MSF sigue siendo la única organización de ayuda humanitaria que trabaja en algunas partes del Delta. Los equipos se encuentran desplegados en Bogale, Pyenpon, Labutta y Heyngyi.

 

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