MSF lleva atención médica a los barrios aislados por la violencia en Líbano

La calle Syria, ubicada en la ciudad de Trípoli, al norte de Líbano es el frente de batalla de un violento conflicto que ha estallado entre dos barrios vecinos. De un lado de la calle está Jabal Mohsen, un barrio alauita donde viven alrededor de 60.000 personas hacinadas en una superficie de 2.5km cuadrados. Del […]

La calle Syria, ubicada en la ciudad de Trípoli, al norte de Líbano es el frente de batalla de un violento conflicto que ha estallado entre dos barrios vecinos. De un lado de la calle está Jabal Mohsen, un barrio alauita donde viven alrededor de 60.000 personas hacinadas en una superficie de 2.5km cuadrados. Del otro lado de la calle se encuentra Bab al-Tabbaneh, hogar en su mayoría de musulmanes sunitas y uno de los distritos más pobres del país.

Ambos lados de la calle están marcados con escaparates dañados, revelando las cicatrices de un conflicto que se ha venido arrastrando por décadas. Pero en los últimos dos años, la violencia entre los barrios rivales se ha incrementado de forma dramática haciéndose eco de la guerra en el vecino país de Siria.

Cuando estallan los enfrentamientos, cuyo resultado es frecuentemente un elevado número de víctimas, los residentes de ambos lados quedan atrapados literalmente dentro de una zona de guerra. Cuando se desató la violencia en mayo de 2013, por lo menos murieron 35 personas y más de 250 resultaron heridas. Desde que inició el conflicto de Siria en marzo de 2011, han muerto más de 190 personas y 1.200 han resultado heridas en la lucha entre los dos distritos.

A pesar de sus diferencias sectarias, ambas comunidades padecen la misma pobreza y hacinamiento y ambas tienen enormes necesidades de atención médica, todo esto agravado por la reciente llegada de un gran número de refugiados procedentes de Siria.

“Ambos barrios presentan indicadores económicos muy bajos, alrededor de 80 por ciento de la población vive con menos de cuatro dólares al día, tienen escaso acceso a la atención médica barata y no cuentan con seguro médico”, dice Sébastien Vidal, coordinador de terreno de MSF en Trípoli. “Esta situación se ha exacerbado debido a la afluencia masiva de refugiados sirios durante el último año, que representan una carga adicional a las ya vulnerables comunidades locales”.

Jabal Mohsen: cuidados médicos básicos y estabilización de heridos
Jabal Mohsen es un denso asentamiento situado en una ladera con vista a la ciudad de Trípoli. Durante los enfrentamientos, las tiendas y las escuelas cierran y muchos residentes dejan de ir a trabajar, mientras tanques del ejército libanés bloquean la calle Syria, en un intento por imponer la paz mediante la separación física de los dos barrios.

Con todas las entradas bloqueadas, entrar y salir de Jabal Mohsen es casi imposible. La gente de la zona enfrenta enormes dificultades para tener acceso a la atención médica más básica y no les queda otro remedio más que intentar cruzar el frente de batalla para recibir tratamiento médico de urgencia.

“No hay hospitales aquí”, dice Vidal. “Una mujer en labor de parto o un paciente que necesite atención médica de urgencia sólo pueden llegar al hospital más cercano en el centro de Trípoli, cruzando el barrio que consideran hostil”.

En Noviembre de 2012, MSF empezó a proporcionar atención médica en la clínica de Jabal Mohsen, el único centro de salud de la zona. “Desde que comenzamos a ofrecer servicios médicos, el flujo de pacientes ha sido constante, nuestros doctores y enfermeras trabajan incansablemente para responder a las necesidades”, dice Vidal. Y cuando estallan los combates, el equipo se asegura de que los residentes tengan acceso continuo a la atención médica básica. “Definitivamente esto incluye estabilizar a los heridos antes de que puedan ser referidos fuera del enclave, cuando y como la situación de la seguridad lo permita”.

Nueva clínica de Bab al-Tabbaneh cada día con más trabajo
Bab al-Tabbaneh, al otro lado de la calle Syria, es hogar de casi 80.000 libaneses, así como de un creciente número de refugiados sirios. “Este barrio es uno de los distritos más desfavorecidos de Líbano y el acceso a los servicios médicos es muy bajo”, dice Vidal. MSF abrió una clínica en Bab al-Tabbaneh, en abril de 2013. “El día de la apertura, la clínica ya estaba llena de pacientes, la mayoría de ellos mujeres y niños que nunca habían tenido acceso a servicios médicos gratuitos o accesibles”, dice Vidal.

En esta clínica, dos médicos y dos enfermeras proporcionan consultas y tratamientos gratuitos a un promedio de sesenta pacientes cada día. Alrededor de 20 por ciento de los cuales son refugiados sirios, un grupo particularmente vulnerable.

“La mayoría de los pacientes son niños pequeños que padecen de infecciones respiratorias o gastroenteritis debido a las difíciles condiciones de vida”, dice Vidal. “Muchos de los niños también sufren por falta de hierro y vitaminas pues no tienen acceso a alimentos ricos en nutrientes, lo cual los vuelve más vulnerables a las infecciones”. Desde abril y hasta finales de julio de 2013, más de 3.500 pacientes recibieron atención médica en la clínica.

Respuesta ante las emergencias médicas
Además de proporcionar atención médica básica en Jabal Mohsen y Bab al-Tabbaneh, MSF da apoyo a la sala de emergencias del Hospital Gubernamental de Trípoli (TGH), el único hospital público al norte del país. Desde mayo de 2012, MSF ha estado entrenando al personal del hospital y ha proporcionado los suministros médicos y equipos necesarios para enfrentar emergencias médicas agudas. Cuando la violencia estalla entre los residentes de Jabal Mohsen y Bab al-Tabbaneh, alrededor del 40 por ciento de los heridos son generalmente admitidos en el Hospital Gubernamental de Trípoli.

Desde que los refugiados sirios comenzaron a desbordarse hacia Líbano en Noviembre de 2011, MSF ha estado adaptando su respuesta a la crisis iniciando nuevos proyectos médicos en el país. Si bien la comunidad libanesa ha hecho un esfuerzo enorme por integrar y ayudar a los refugiados, su capacidad para hacer frente a esta situación –especialmente en áreas ya empobrecidas como Trípoli o el Valle de Bekaa– está llegando a su límite.

“Es esencial garantizar el apoyo a los refugiados sirios, pero también a las comunidades en Líbano que los reciben”, dice el Dr. Gustavo Fernández, responsable de programa con sede en Ginebra para Líbano, de MSF. “MSF tiene el compromiso de seguir proporcionando atención médica de calidad a las personas independientemente de su religión o afiliación política”.

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El pasado viernes 23 de agosto de 2013, dos bombas explotaron cerca de dos mezquitas en Trípoli, dejando como resultado alrededor de 800 personas heridas y 48 muertos, según estimaciones oficiales. MSF trató a ocho en la clínica de Jabal Mohsen y diez heridos más en la clínica de Bab al-Tabbeneh. Siete de los pacientes tenían heridas muy graves y fueron trasladados al hospital. Más de 50 heridos con necesidad de cuidados intensivos fueron admitidos en la sala de emergencias del Hospital Gubernamental de Trípoli.

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