Cada año, unas 500.000 personas huyen de la violencia y la pobreza en El Salvador, Honduras y Guatemala, y van hacia México. Rachel Kiddell-Monroe resume la difícil situación que viven los que huyen de la violencia en la ruta hacia EEUU y Canadá.
Llevamos más de 1 año asistiendo a personas en los centros de detención de Trípoli y hemos sido testigos del arresto arbitrario, extorsión, abuso físico y privación de servicios básicos que hombres, mujeres y niños sufren en estas instalaciones.
«La mayoría de las personas no conocen la vida fuera de los campos», explica Dana Krause. Los refugiados en Dadaab han quedado encerrados en condiciones de vulnerabilidad y dependencia, la mayoría no quiere volver a Somalia y las posibilidades de encontrar soluciones duraderas cada vez son menores.
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