Volvimos al Mediterráneo: declaración de Joanne Liu, Presidenta Internacional de Médicos Sin Fronteras

Joanne Liu en conferencia de prensa para anunciar la reanudación de las operaciones de búsqueda y rescate en el mar Mediterráneo en colaboración con SOS Mediterranee.MSF

Discurso de la Dra. Joanne Liu en París sobre la vuelta de Médicos Sin Fronteras al Mar Mediterráneo para realizar operaciones de búsqueda y rescate.

“Más de 8.000 personas han intentado cruzar el mar Mediterráneo desde que comenzó el año. Y durante este tiempo prácticamente no ha habido barcos humanitarios en el área. Hasta ahora, cuatrocientas veintiséis personas han muerto.
 
Regresamos al mar porque la gente se está ahogando.
 
Regresamos al mar como un acto humanitario con el objetivo de salvar vidas.
 
Regresamos al mar mientras el conflicto continúa en Trípoli y cada vez más migrantes y refugiados están perdiendo la vida en Libia.
 
La situación empeora cada vez más, y los gobiernos europeos se están hundiendo aún más en una lógica letal basada en dos premisas principales: que el problema que reconocen es deshacerse de las operaciones de búsqueda y rescate, y que las soluciones son dejar que los inmigrantes y los refugiados se ahoguen u obligarlos a volver a Libia.
 
Con muy pocos barcos pertenecientes a ONGs en el Mediterráneo central, la Unión Europea ha eliminado los últimos vestigios de las operaciones de búsqueda y rescate.
 
Mientras tanto, los barcos comerciales se encuentran en una posición insostenible, atrapados entre el deber de realizar rescates y el riesgo de quedar varados en el mar durante semanas debido al cierre de los puertos italianos y la incapacidad de los Estados de la UE para acordar un mecanismo de desembarque.
 
El resultado: en 2019, por cada 10 personas que llegan a Europa por mar, una muere.
 
Como si no fuera suficiente desmantelar las operaciones de búsqueda y rescate, los gobiernos europeos están usando fondos públicos para equipar y apoyar a los guardacostas libios para interceptar a migrantes y refugiados en el mar y retornarlos a Libia.
 
Francia se ha comprometido a proporcionar barcos a la guardia costera libia, a pesar de los informes condenatorios contra esta última, y sabiendo muy bien que apoya el retorno forzoso a los centros de detención libios de quienes buscan escapar de Libia y los abusos a los que están expuestos.
 
Para muchos, hombres, mujeres y niños, el mortal cruce del Mar Mediterráneo es la única esperanza de escapar de la pesadilla de las violaciones, las torturas y los trabajos forzosos a los que están sujetos en Libia.
 
Constantemente alertan sobre lo que les espera a los migrantes y refugiados que son interceptados en el mar y posteriormente retornados a Libia, pero los gobiernos europeos continúan ignorándolos.
 
Además, los combates asolan desde abril a Trípoli, la capital de Libia. Los refugiados y migrantes en los centros de detención están atrapados, incapaces de escapar de los disparos y los bombardeos.
 
El 2 de julio, casi 60 migrantes y refugiados murieron y otros 70 resultaron heridos en un ataque aéreo en el centro de detención de Tajoura, una tragedia que podría haberse evitado fácilmente. Nuestros equipos trabajaban en Tajoura y estuvieron allí unas horas antes. Regresaron para ayudar a los heridos y fueron testigos de la masacre.
 
A los sobrevivientes de ese ataque aéreo no se les ofreció casi nada, salvo ser liberados una semana después en Trípoli, una ciudad que se encuentra en guerra. A pesar de la indignación que esta masacre generó en todos los niveles – libio, europeo e internacional-, las personas siguen siendo retornadas y detenidas en este mismo centro de detención, expuestas a los mismos riesgos: actualmente hay alrededor de 200, la mayoría de ellas interceptadas en el mar.
 
Las evacuaciones humanitarias en Libia siguen siendo una gota en el océano: casi 1,300 personas fueron evacuadas en 2019, mientras que casi tres veces ese número (3,686) fueron interceptadas en el mar y retornadas a Libia. Eso significa que, por cada persona evacuada, al menos otras dos son retornadas.
 
Seamos claros: todas estas personas deben ser evacuadas de Libia.
 
Nos enfrentamos a una guerra de desgaste que tiene como objetivo hacer creer al público que las muertes y los horrores experimentados por miles de personas en Libia son un precio aceptable a pagar, el precio humano a pagar, por gestionar las fronteras europeas y los flujos migratorios. Esto es un sufrimiento humano a escala industrial.
 
Hemos tomado nuestra decisión. Estamos determinados a seguir brindando asistencia humanitaria con el barco Ocean Viking y nuestro socio, SOS MEDITERRANEE.
 
También seguiremos denunciando y alzando la voz sobre lo que está pasando fuera del ojo público, y las consecuencias de las decisiones tomadas por los gobiernos europeos a nombre de gestionar la migración. Y no estamos solos: la sociedad civil en Europa se está movilizando, en Francia, Alemania e Italia.
 
Gracias.«
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