Un día especial: mi experiencia en un campamento médico en Kenia

Una paciente a la que le están tomando la presión en el condado de Embu, a 70 millas al norte de Nairobi.MSF

Ian es un médico originario del Reino Unido que actualmente trabaja con Médicos Sin Fronteras (MSF) en Kenia, en un área donde los pacientes con enfermedades a largo plazo tienen un acceso limitado a la atención médica. En este blog cuenta su experiencia en un campamento médico que se llevó a cabo en un solo día, pero donde 1.100 pacientes consultaron a un trabajador de salud, recibieron tratamiento y posiblemente una referencia para atención especializada.

«La prevalencia de enfermedades no transmisibles (ENT) como la hipertensión, diabetes, asma y epilepsia está creciendo rápidamente en Kenia. Dentro de poco tiempo, las muertes por ENT superarán las muertes causadas por enfermedades infecciosas.

En respuesta a esta situación, Médicos Sin Froneras (MSF) ha estado trabajando estrechamente con el Departamento de Salud en el condado de Embu, a 70 millas al norte de Nairobi, la capital, para ampliar el tratamiento de las enfermedades no transmisibles en las zonas rurales y capacitar a enfermeras y personal clínico en la gestión de estos padecimientos.

Una de las formas en que MSF ha respondido a esta situación es a través de campamentos médicos, un evento de un día en el que el gobierno, personal de salud privado y voluntarios se instalan en una plaza pública y ofrecen atención médica gratuita a cualquier persona que se presente.

Armando el campamento

Las autoridades sanitarias del condado solicitaron el apoyo de MSF, por lo que llegamos al Salón de Fondo del Desarrollo de la Unidad Constitutiva en Kiritiri (Constituency Development Fund Hall in Kiritiri) justo antes de las 8 am, listos para comenzar.

Desafortunadamente, uno de los principales patrocinadores del campamento se retiró a último minuto y aún quedaba mucho trabajo de preparación por hacer en el lugar. Mientras que un guardia de seguridad entregaba boletos numerados, los organizadores establecieron el camino que debían seguir los pacientes, desde el registro, el paso a través del área para medir la altura y el peso, a la zona de prueba de glucosa en sangre y así hasta llegar a una línea de sillas que serpenteaban alrededor del pasillo.

Nuestro coordinador adjunto de terreno explicó el proceso a los pacientes para que supieran lo que iba a suceder. La sala necesitaba separaciones con paneles de lona colgados de cuerdas que se extendían de pared a pared. La sala de consulta de MSF estaba en la parte superior de una plataforma en el otro extremo. Los organizadores nos asignaron la sala de juntas, en la que pudimos establecer un laboratorio móvil de MSF.

Como correspondía a mi estatus como «médico», llegué a la ambulancia de MSF. Bueno, no se puede tener una ambulancia sin un trabajador sanitario a bordo, ¿verdad?. Una de las desventajas de llegar primero, fue que nuestro vehículo quedó atrapado en la parte posterior del estacionamiento por todos los autos que llegaron más tarde. Entonces, cuando necesitábamos evacuar a un paciente, se requería ser hábil al volante para sacar la ambulancia del estacionamiento.

La zona de espera

La sala de espera principal era una enorme carpa naranja llena de filas de sillas de plástico. Un área pequeña fue acordonada para los visitantes VIP.

Para mantener a los pacientes entretenidos y educados, los trabajadores de salud dieron charlas sobre salud mental (Embu organizó el Evento Nacional de Prevención del Suicidio el 10 de septiembre y el Día Mundial de la Salud Mental es el 10 de octubre), la diabetes y otras enfermedades no transmisibles.

Una estación de radio local transmitía las charlas en vivo en la lengua local desde la zona de espera. Estoy seguro de que esto aumentó la conciencia de la comunidad y animó a más personas a venir. Una vez que las personas se registraron, se midieron y revisaron para detectar niveles altos de azúcar en la sangre e hipertensión, esperaron su turno para entrar al salón.

Tenían muchas opciones para elegir; podrían realizarse un examen de la vista, un examen dental, ver a un ortopédico o un cirujano de orejas, nariz y garganta, un médico general cubano, un médico del centro de salud local, varias enfermeras o un especialista enfermedades no transmisibles de MSF.

Pasaba entre las salas de consulta ofreciendo ayuda y asesoramiento cuando era solicitado. El oficial de enfermería del condado me pidió mi opinión acerca de un paciente en la clínica móvil Beyond Zero, que estaba equipada con un sofá de examinación ginecológica. Lamentablemente, confirmé que una joven tenía cáncer cervicouterino avanzado. La única iluminación con la que conté para el examen fue la luz del día que llegaba desde una ventana en lo alto del lado del camión. Les di a las enfermeras mi nueva linterna de cabeza súper brillante para mejorar su visión durante las examinaciones a pacientes posteriores.

Hicimos diagnósticos provisionales de cáncer de riñón y esófago, ocho pacientes tenían diabetes confirmada y una gran cantidad de pacientes tenían presión arterial alta que no se les había diagnosticado previamente. Un paciente tuvo un ataque epiléptico prolongado durante su consulta. Referimos a todos estos pacientes de manera adecuada, al hospital o a la clínica de MSF para ENT en el centro de salud local.

Incluso el jefe de MSF estaba muy emocionado por participar, por lo que asumió el papel de realizar el control de la glucosa en sangre. La pasamos muy bien mientras realizábamos pruebas a más de 200 pacientes. A pesar de que es el coordinador de campo de Kenia (KFC), no hay ninguna verdad en el rumor de que dijo que daba «un buen pinchazo».

Los pacientes

La mayoría de los pacientes eran ancianos. Uno de ellos me dio un saludo fuerte y rebuscó en su billetera para mostrarme los documentos de baja del ejército (honorables, por supuesto) con una carta de recomendación de su comandante. Otra mujer tenía un pie muy hinchado debido a una profunda herida que se había infectado. Su otro pie también estaba deformado, y le resultaba muy difícil caminar. Se apoyaba en un bastón en su lado izquierdo y su hija en su lado derecho, pero el progreso fue muy lento y doloroso.

Tomé su brazo izquierdo y los tres caminamos lentamente por la pista hacia el camino principal. Normalmente soy yo quien toma fotografías, pero esta imagen resultó ser una gran oportunidad fotográfica para las otras personas que asistieron al evento.

Un hombre a quien le habían amputado una pierna hace algunos años quería saber si podía conseguir una prótesis. Varios niños discapacitados vinieron con sus madres para averiguar si había nuevos servicios para discapacidades físicas y de aprendizaje. Algunos llegaron en sillas de ruedas, otros con botas ortopédicas, otros con úlceras cutáneas deformantes que tenían desde hace años.

Las personas ciegas vinieron a examinar sus ojos. Las personas con solo media docena de dientes espaciados aleatoriamente vinieron a examinar las dentaduras plásticas con sus brillantes dientes blancos espaciados uniformemente, preguntándose si podrían pagar un juego que les permitiera masticar choma (carne asada) nuevamente.

 Asesoría 

Lo que me parece estimulante del enfoque de la asesoría de MSF para tratar las enfermedades no transmisibles es que fomenta un estilo de consulta compasivo y centrado en el paciente, con mucha escucha activa. Los pacientes realmente parecían comprometerse con los oficiales clínicos y los enfermeros de MSF.

Tomé algunas fotografías de ellos en acción, enseñando a los pacientes sobre su enfermedad e incluso haciendo bromas. Me sentí realmente orgulloso de ser el referente médico de este proyecto.

Como la carroza de Cenicienta, que se convirtió en una calabaza a medianoche, los vehículos de MSF (y nuestro personal) tuvieron que abandonar el campamento médico antes de que cayera la oscuridad. El gobierno y el personal del hospital privado se quedaron hasta que el campamento terminó, 20 minutos después de que se fuera el último paciente.

 El impacto

Debo admitir que estaba escéptico sobre el valor de un campamento médico. En solo un día especial, 1.100 pacientes consultaron a un trabajador de salud, recibieron tratamiento y posiblemente una referencia para atención especializada.

Pensaba, ¿fue solo un truco publicitario? ¿Sería mejor concentrar los recursos en mejorar los servicios de salud locales que están disponibles todos los días del año?

Sin embargo, ver la satisfacción en los rostros de las personas que habían podido ver a un médico o a un especialista en salud, fue bastante mágico. 

Los asistentes claramente valoraron la oportunidad y la ocasión. Fue el sentido de servicio comunitario, de trabajadores de la salud que hicieron un esfuerzo adicional para los pacientes, lo que hizo que todo valiera la pena para mí.

Pero admito que soy un poco sentimental.»

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