Una historia positiva desde Somalia

En diciembre de 2008, 20 estudiantes somalíes se graduaron en la escuela de medicina de Mogadiscio. Eran los primeros estudiantes en hacerlo en casi dos décadas. La Dra. Hafsa Abdurrahman Mohamed de 26 años era uno de ellos. Al finalizar sus estudios decidió trabajar para la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF), utilizando sus aptitudes […]

En diciembre de 2008, 20 estudiantes somalíes se graduaron en la escuela de medicina de Mogadiscio. Eran los primeros estudiantes en hacerlo en casi dos décadas. La Dra. Hafsa Abdurrahman Mohamed de 26 años era uno de ellos. Al finalizar sus estudios decidió trabajar para la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF), utilizando sus aptitudes para proporcionar atención médica en Somalia. Aquí describe algunas de sus experiencias creciendo en Mogadiscio y trabajando como cirujana en ese país del cuerno de África.

“Cuando era muy joven había paz en Somalia pero no lo recuerdo. Durante mi infancia, enfrentamientos, pillaje, destrucción y asesinatos eran el pan de cada día en Mogadiscio. Quedé atrapada en el fuego cruzado muchas veces cuando iba a la escuela. Vi gente morir y otros gravemente heridos. La Universidad era un reto para mí. Temía morir cada mañana y rogaba a Alá cada día poder regresar a casa sana y salva. Además de los enfrentamientos había otros problemas, muchas partes de la ciudad no tenían electricidad por lo que estudiar por la noche o hacer prácticas en los hospitales resultaba muy difícil.

A pesar de todos los desafíos, me doy cuenta que soy una persona afortunada. Mi madre se fue a vivir al Reino Unido antes de que yo empezase la universidad y me pagó mis estudios. Muchas otras personas no tienen esta oportunidad, hay tantos estudiantes brillantes en Somalia que no tienen la posibilidad de alcanzar sus sueños. La educación no tiene límite de edad. Como dice el refrán: “Nunca es demasiado tarde para aprender”.

Me gradué a finales del año pasado. Elegí ser cirujana porque quería ayudar a las mujeres somalíes, especialmente a las madres que no reciben una buena atención médica cuando dan a luz y necesitan ser intervenidas quirúrgicamente. Hay una gran necesidad de cirujanas en Somalia porque muchas mujeres somalíes no quieren que cirujanos varones las operen.

Tras graduarme hice seis meses de formación en Mogadiscio y después me vine a trabajar a Marere a principios de agosto. No había hospital en Marere hasta que MSF empezó a trabajar aquí en 2003. Solía haber un cirujano expatriado, pero debido a los riesgos para el personal internacional, MSF se ha visto obligada a gestionar sus programas en Somalia sin su aportación desde principios de 2008. En Marere esto significó que tenían que suspender las actividades quirúrgicas porque no podían encontrar ningún cirujano cualificado somalí.

Antes de que yo empezase a trabajar en Marere, MSF refería a las mujeres que necesitaban cirugía obstétrica urgente a Kismayo. El viaje era de cinco horas en la estación seca y MSF corría con los gastos. Ahora que estoy aquí podemos volver a operar. El 31 de agosto practiqué mi primera cesárea. Había practicado cesáreas cuando estudiaba, pero ésta era la primera como cirujana practicante.

La chica a la que operé tenía sólo 18 años. Tiene una discapacidad parcial de la pierna izquierda y vive con sus padres en Jilib, una ciudad a unos 18Km de Marere. Su marido está en Kenya ahora. Como su pelvis es muy estrecha no podía dar a luz adecuadamente. Estuvo 24 horas de parto antes de que sus padres la trajesen al hospital. Sin cirugía, su útero podría haberse roto, acabando con su vida y con la de su bebé. Afortunadamente, sus padres la trajeron aquí a tiempo. Apenas hubo complicaciones y conseguimos que diese a luz a una niña en menos de una hora. Tanto madre como hija están bien, y de hecho a la niña le han puesto Hafsa en mi honor.”

MSF en Marere

MSF trabaja en Marere desde 2003. En el hospital de Marere, el personal de MSF realiza consultas externas a adultos y niños y se ocupa de las hospitalizaciones pediátricas, así como de la salud materna. El personal sanitario practica partos, presta atención obstétrica de urgencia, proporciona apoyo nutricional suplementario y terapéutico, practica cirugía (principalmente obstétrica), ofrece servicios preventivos y curativos ambulatorios y trata la tuberculosis. En la población cercana de Jilib, MSF lleva a cabo un programa nutricional, pero se vio obligada a suspender sus actividades en agosto de 2009 debido a la inseguridad. En los primeros seis meses de 2009, los equipos de MSF en Marere realizaron 18.104 consultas externas y admitieron a 536 pacientes en el hospital, 2.453 con desnutrición recibieron tratamiento y 3.373 fueron vacunados.

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