Hepatitis C: MSF pide a los gobiernos que utilicen todos los recursos que estén a su alcance para reducir los precios y lograr un mayor acceso al tratamiento

Din Savorn, de 50 años, muestra su caja de pastillas mientras espera que lo atiendan en la clínica de MSF Hepatitis C en el Hospital Preah Kossamak en Phnom Penh, Camboya, el 20 de abril de 2017. ©Todd Brown

La notable bajada de precio de las versiones genéricas de los medicamentos debería permitir a los países ofrecer tratamiento a millones de personas

En la víspera de la celebración de la Cumbre Mundial de la Hepatitis en Sao Paulo, desde Médicos Sin Fronteras (MSF) hoy anunciamos que hemos logrado acuerdos para suministrar medicinas genéricas contra la hepatitis C por tan solo 1,40 dólares al día, es decir, 120 dólares por un tratamiento completo de 12 semanas con sofosbuvir y daclatasvir.

En Estados Unidos, la farmacéutica Gilead lanzó el sofosbuvir a 1.000 dólares por píldora en 2013 y Bristol-Myers Squibb (BMS) sacó al mercado daclatasvir a 750 dólares por píldora en 2015. Dado que ambos medicamentos se administran juntos en un tratamiento combinado de 12 semanas, el precio original de partida de dicho tratamiento se situaba en 147.000 dólares.

Estas compañías también han estado cobrando precios exorbitantes en muchos países en vías de desarrollo, paralizando el lanzamiento de programas nacionales de tratamiento y haciendo que multitud de pacientes sufrieran dificultades para acceder al suministro de estos medicamentos en muchos países del mundo.

«¿De qué sirve un medicamento revolucionario si las personas no pueden pagarlo o simplemente no pueden acceder a él?», se pregunta Jessica Burry, farmacéutica de la Campaña de Acceso de MSF.

«Los precios que las empresas establecen para los medicamentos contra la hepatitis C están fuera del alcance de casi cualquier persona del mundo que tenga que pagarlo de su propio bolsillo. También resulta inasequible para muchos gobiernos que luchan por brindar tratamiento en los sectores públicos. Sin embargo, actualmente existe una alternativa, ya que los precios de las versiones genéricas siguen bajando.

Los gobiernos deben usar todas las herramientas que tengan a su alcance para luchar por el acceso a los genéricos y ampliar así el tratamiento para los millones de personas que lo necesitan.

Muchos países deberían seguir ejemplos como el de Malasia y emitir licencias obligatorias para que las patentes no sigan bloqueando el acceso de las personas a este tratamiento que salva vidas».

En 2015, MSF empezó a comprar sofosbuvir y daclatasvir de Gilead y BMS a través de sus programas de acceso, pagando un precio por cada tratamiento de 12 semanas que se situaba entre los 1.400 y 1.800 dólares. Estos altos precios, lógicamente limitaban la cantidad de pacientes que MSF podía atender. Hoy, MSF paga hasta 15 veces menos (120 dólares) y obtiene los medicamentos a través de fabricantes genéricos de calidad garantizada.

LOS ALTOS PRECIOS IMPUESTOS POR LAS FARMACÉUTICAS HACEN QUE HASTA AHORA SOLO EL 3% DE LOS PACIENTES HAYA TENIDO ACCESO AL TRATAMIENTO

Se estima que 71 millones de personas tienen infección crónica por hepatitis C en todo el mundo. El 72% de ellas vive en países de ingresos medios y bajos. Los medicamentos antivirales de acción directa (AAD) representan un avance en el tratamiento para las personas con hepatitis C, con tasas de curación de hasta el 95% y con muchos menos efectos secundarios que los tratamientos previos. Sin embargo, el acceso a los AAD se ha mantenido limitado porque las empresas farmacéuticas cobran precios inasequibles, lo que hace que muchos países reserven estos medicamentos solo para las personas que están en etapas más avanzadas de la enfermedad. Además, las empresas farmacéuticas no están registrando el producto en muchos países, lo que obstaculiza o retrasa el acceso al tratamiento, e impide también, en la mayoría de los casos, la producción de genéricos. A finales de 2016, tres años después del lanzamiento del sofosbuvir, se calcula que solo 2,1 millones de personas habían sido tratadas con estos medicamentos en todo el mundo; lo que excluía al 97% de las personas que lo necesitaban.

Estos altos precios también han supuesto una gran presión para los sistemas de salud de los países ricos, en particular los que promulgan la atención médica universal.

El tratamiento se está racionando en países como Australia, Canadá, Italia y Estados Unidos, además de en los países en desarrollo, y desgraciadamente recuerda a los principios del tratamiento del VIH, cuando solo aquellas personas más enfermas empezaban a ser tratadas.

«Hace casi dos décadas, MSF y otros trabajaron duro para obtener acceso a los genéricos y reducir los precios de los medicamentos contra el VIH», recuerda Mickael Le Paih, representante de MSF en Camboya, donde la organización trata a personas afectadas por la hepatitis C. «La historia se repite con la hepatitis C: los medicamentos que necesitamos son, una vez más, demasiado caros, pero estamos encontrando maneras de hacer que el tratamiento sea asequible y de poder curar a nuestros pacientes».

MSF trata a personas afectadas por la hepatitis C en 11 países. Desde 2015, la organización ha suministrado tratamiento a alrededor de 5.000 personas. Hasta la fecha, de entre aquellos que han completado su tratamiento, la tasa de curación, medida en base a la respuesta viral sostenida, es del 94.9%.

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