Crisis en Haití: los hospitales luchan por seguir abiertos

En octubre, nuestros compañeros en Drouillard, Haití, atendieron a una docena de niños pequeños como Joseph, en la imagen, con quemaduras causadas por líquidos calientes.MSF/Caroline Frechard

La dura crisis política y económica que el país atraviesa hace mella en la población, que sufre graves heridas fruto de la violencia. Los centros médicos operan a duras penas, a pesar del aumento de pacientes. Ante este escenario, hemos abierto un nuevo hospital de traumatología en Puerto Príncipe.

Una crisis política y económica cada vez más grave ejerce una gran presión sobre todos los aspectos de la atención médica en Haití, por lo que hemos abierto un nuevo hospital para pacientes con lesiones traumáticas en Puerto Príncipe, la capital del país.

Inaugurado el 27 de noviembre en el área de Tabarre de Puerto Príncipe, el centro está especializado en el tratamiento de pacientes con lesiones que amenazan su vida, incluidas fracturas abiertas y heridas de bala. Durante los cinco primeros días de actividad, el hospital admitió a 21 pacientes, de los cuales la mitad tenía heridas fruto de la violencia.

«Estamos respondiendo a una necesidad vital con la apertura del hospital de emergencia para traumatismos de Tabarre, pero esto no será suficiente», lamenta Jane Coyne, nuestra coordinadora general en Haití. «El país está pasando por una grave crisis económica y política, y los hospitales están luchando por mantenerse abiertos».

Abrimos originalmente un hospital en Tabarre en 2012 con el fin de brindar atención de emergencia a personas con lesiones traumáticas en los años posteriores al terremoto de Haití. El hospital, llamado ‘Nap Kenbe’, redujo progresivamente sus servicios en los últimos años y admitió a su último paciente a finales de 2018.

Calle en Martissant, Haití.

A medida que la crisis económica y política de Haití ha ido creciendo desde septiembre de 2019, el nuevo centro busca atender a pacientes con lesiones potencialmente mortales y que el sistema médico haitiano ahora lucha por tratar. Trabajando en la misma ubicación de Tabarre, nuestro hospital emplea a 170 médicos, incluidos ocho cirujanos. Después de abrir con 25 camas, el hospital se prepara para aumentar su capacidad a 50 camas.

A medida que los problemas económicos y las tensiones políticas se han intensificado, las instalaciones médicas, incluidas las que administramos, han luchado para satisfacer las necesidades de los pacientes. Desde septiembre, las calles han sido bloqueadas regularmente por barricadas hechas de neumáticos en llamas, cables e incluso paredes construidas durante la noche. Esto dificulta el movimiento de las ambulancias y las instalaciones médicas para recibir combustible, oxígeno, sangre, medicamentos y otros suministros.

Nuestras instalaciones médicas en Haití están muy necesitadas en medio de la crisis actual. En lo que va de 2019, nuestro centro de estabilización de emergencia en el área de Martissant, en Puerto Príncipe, ha recibido una media de 230 pacientes al mes con heridas de bala, laceraciones y otras lesiones por violencia. Nuestro centro en el área de Drouillard, en Puerto Príncipe, experimentó un aumento de actividad en septiembre, cuando admitió a un total de 141 pacientes con quemaduras graves, principalmente causadas por accidentes.

Vista externa del hospital de Médicos Sin Fronteras en Drouillard, Haití, que recibe pacientes con quemaduras graves.

La inseguridad también afecta a los trabajadores de la salud. Durante meses, el servicio nacional de ambulancias de Haití ha sufrido repetidos incidentes que afectan su capacidad de responder a emergencias médicas.

Para mantener el funcionamiento de nuestras instalaciones de salud durante las tensiones de los últimos meses, a diario llevamos a cientos de empleados a trabajar en nuestros vehículos de la organización.

«Gracias a nuestra buena reputación en Haití, nuestros vehículos son generalmente respetados y pueden pasar por las barricadas», explica Ella Lambe, coordinadora de nuestros proyectos en la ciudad de Port-à-Piment. «Sin embargo, algunos centros de salud donde hemos derivado a nuestros pacientes han sido saqueados, y algunos de nuestros vehículos han sido impactados con piedras».

En áreas rurales como Port-à-Piment, en el oeste de Haití, los desafíos que enfrenta el sistema de salud de Haití son muy evidentes. Un centro de salud local donde hemos apoyado durante mucho tiempo a los servicios de emergencia y de salud materna, ahora lucha por derivar a sus pacientes a hospitales para recibir atención de alto nivel.

«Antes, podíamos derivar a los pacientes a otra instalación médica en una hora para necesidades urgentes como cesáreas», describe Lambe. «Ahora se tarda de tres a cinco horas llegar a un hospital que pueda atenderles».

En colaboración con el Ministerio de Salud Pública y población de Haití, también apoyamos a los hospitales públicos de diferentes formas. Estos incluyen la rehabilitación de una parte de la sala de emergencias del Hospital de la Universidad Estatal de Haití, la organización de capacitaciones para el personal de salud y la donación de medicamentos y suministros esenciales como el oxígeno.

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