Gaza: situación sanitaria a la deriva

La incursión y los bombardeos israelíes entre el 27 de febrero y el 3 de marzo –en represalia al lanzamiento de cohetes palestinos sobre ciudades israelíes– provocaron cerca de 120 muertos y 360 heridos. La crisis humanitaria en Gaza no es nueva, es el resultado de muchos factores políticos y económicos, agravados por el bloqueo […]

La incursión y los bombardeos israelíes entre el 27 de febrero y el 3 de marzo –en represalia al lanzamiento de cohetes palestinos sobre ciudades israelíes– provocaron cerca de 120 muertos y 360 heridos. La crisis humanitaria en Gaza no es nueva, es el resultado de muchos factores políticos y económicos, agravados por el bloqueo
Los hospitales se encuentran en una situación precaria y deben afrontar numerosas dificultades. Debido a la escasez de carburante, electricidad y piezas de recambio, los servicios de salud han tenido que someterse a restricciones.
Graves problemas de mantenimiento y funcionamiento en las infraestructuras y ambulancias, así como la falta de material médico y de medicamentos, se han convertido en moneda corriente. El acceso a la atención médica especializada fuera de la Franja de Gaza también se ha visto afectado por los cierres.
A las dificultades generadas por el bloqueo económico (suspensión de la ayuda económica internacional), se suman los problemas de orden interno: desacuerdos y disfunciones políticas entre las dos autoridades palestinas de Ramala y de Gaza. Estos dos últimos años, las sanciones económicas se han visto periódicamente reforzadas, afectando a todos los aspectos de la vida socioeconómica de Gaza.

Impacto de los enfrentamientos interpalestinos
Con dos autoridades de salud compitiendo (la de la Autoridad Palestina reconocida y la de Hamás), la situación para los profesionales de la salud es difícil: instrucciones contradictorias, huelgas que impiden el buen funcionamiento de los servicios médicos, acceso a la salud obstaculizado y dificultades para que el personal de salud trabaje en función a sus afiliaciones políticas, disminuyendo la calidad de la atención dispensada.

Un sistema de salud frágil
En los momentos de gran tensión, las estructuras de salud se vieron inundadas por la afluencia de pacientes. Cada episodio de violencia debilita todavía más un sector, el de la salud, ya de por sí deteriorado.
Los equipos de MSF, en estrecho contacto con las estructuras de salud de Gaza, evalúan regularmente las necesidades médicas. Siempre que es necesario, MSF efectúa donaciones de material y medicamentos esenciales a diferentes servicios de urgencias y quirúrgicos. Tratando a los pacientes en nuestros dispensarios, ayudamos a descongestionar los hospitales desbordados. Nuestra actuación no obstante es mínima en relación a las necesidades y no sustituirá a la del sistema público de salud.
Si los problemas en el sector de la salud palestino se hacen evidentes cuando se intensifica el conflicto, queremos recordar que éstos son ya existían y continúan más allá de estos episodios de violencia extrema. La bipolarización política palestina es perjudicial para el buen funcionamiento de las estructuras de salud. Estos servicios esenciales, vitales, no deberían verse afectados por las consecuencias ni de los conflictos interpalestinos ni del palestino-israelí.

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