Culminamos proyecto en Arauca y continuamos evaluando emergencias en Colombia  

Tras 9 meses de intervención en el departamento de Arauca, Médicos Sin Fronteras (MSF) culminó su proyecto.

Tras nueve meses de intervención en el departamento de Arauca, culminamos nuestro proyecto brindando atención médica, salud mental y mejoras en acceso al agua a miles de personas afectadas por el conflicto armado y la migración. De cara a 2026, evaluaremos nuevas intervenciones ante emergencias médico-humanitarias en Colombia.

Tras nueve meses de intervención en el departamento de Arauca, desde Médicos Sin Fronteras (MSF) culminamos nuestro proyecto en el departamento. De cara a 2026 estaremos evaluando la necesidad de brindar atención médico-humanitaria en las emergencias que se presenten en Colombia.

Entre marzo y noviembre, MSF trabajó en asentamientos informales de la capital de Arauca y en zonas rurales del departamento afectadas por el conflicto armado, particularmente aquellas ubicadas en Tame, Puerto Rondón y Arauquita.  

Tras nueve meses de intervención en el departamento de Arauca, culminamos nuestro proyecto brindando atención médica, salud mental y mejoras en acceso al agua a miles de personas afectadas por el conflicto armado y la migración. De cara a 2026, evaluaremos nuevas intervenciones ante emergencias médico-humanitarias en Colombia.
Pie de foto: En Laureles II, MSF atendió a mujeres con bebés en brazos que no habían recibido el ciclo completo de vacunas o que padecían enfermedades estomacales debido a la mala calidad del agua. Santiago Valenzuela – MSF

Entre el 3 de marzo y el 13 de noviembre de 2025, nuestros equipos realizaron 4.899 consultas médicas generales, 801 consultas de salud sexual y reproductiva, 65 consultas a mujeres embarazadas y 314 consultas individuales de salud mental. La población beneficiada fue de 11.545 personas, tanto por los servicios de salud física y mental, promoción de la salud e involucramiento comunitario y trabajo social. A esta población se suman más de 2.900 personas beneficiadas por trabajos en mejoras de agua – como rehabilitación de pozos de agua y distribución de filtros – que realizamos en asentamientos de Arauca.  

“La población afectada directa o indirectamente por el conflicto en las zonas que trabajamos es de 11.000 personas. En las veredas de los municipios más afectadas viven unas 5.700 personas, quienes periódicamente sufren de restricciones de movilidad impuestas por rangos horarios, esto dificulta el acceso a las estructuras de salud a los habitantes de estas poblaciones y el acceso de los prestadores de salud a estos territorios”.  

Guzmán Botella, coordinador de MSF en Arauca
Pie de foto: MSF utilizó infraestructuras comunitarias, como centros comunitarios y escuelas, para instalar clínicas móviles en zonas rurales. Santiago Valenzuela – MSF

Debido a los enfrentamientos entre grupos armados, miles de familias han sufrido restricciones para acceder a la salud. Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), entre agosto de 2024 y mayo de 2025, 32 comunidades del departamento ubicadas en Tame, Arauquita y Puerto Rondón resultaron confinadas, lo que se traduce en más de 4.600 personas afectadas.  

A las afectaciones por el conflicto armado se suma la migración desde Venezuela con vocación de permanencia. Según datos de Migración Colombia con corte a marzo de 2025, en el departamento de Arauca se encontraban 75.102 personas venezolanas con vocación de permanencia, unas 47.000 en la capital. Se calcula que hay entre 5.000 a 6.000 personas que son personas migrantes pendulares. 

Tanto para las comunidades que están en medio de los enfrentamientos entre grupos armados como para miles de migrantes, el acceso a la salud se ha dificultado por múltiples efectos asociados al conflicto armado.   

“Atendimos a pacientes crónicos, mujeres embarazadas y niños y niñas que llevaban meses sin recibir atención médica. De la misma manera, en zonas rurales y asentamientos, nos encontramos con pacientes con enfermedades relacionadas con la mala calidad del agua, por lo cual realizamos trabajos de adecuación y saneamiento para mejorar el acceso al agua potable. Por último, es importante mencionar las grandes necesidades en salud mental que se han presentado en las comunidades debido al recrudecimiento del conflicto. Síntomas de ansiedad por la incertidumbre de cara al futuro y por los cambios abruptos en sus vidas diarias han sido comunes en estas zonas rurales».

Guzmán Botella, coordinador de MSF en Arauca

Para 2026, tenemos planeado intervenir en aquellas zonas en donde se presenten emergencias médico-humanitarias, incluyendo aquellas asociadas al conflicto armado, y continuaremos trabajando en la subregión de Catatumbo, en Norte de Santander, donde actualmente brindamos atención médico-humanitaria a población afectada por el conflicto armado.  

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