Crisis de desnutrición en Darfur del Sur: una situación desesperada para los más vulnerables

medicos sin fronteras está en sudán trabajando en contra de la crisis de desnutrición

La desnutrición en Sudán alcanza niveles críticos en medio de un conflicto devastador. En Darfur del Sur, millones de personas desplazadas luchan por sobrevivir sin acceso a comida ni atención médica.

La crisis de desnutrición en Sudán se agrava cada día. El conflicto no solo destruyó hospitales y centros de salud, también dejó a millones sin comida ni asistencia. En regiones como Darfur del Sur, las familias desplazadas buscan sobrevivir en medio del abandono y la violencia.

Entre los más afectados están los desplazados internos, que luchan por satisfacer necesidades básicas como la alimentación. Los niños menores de cinco años, junto con mujeres embarazadas y lactantes, son los más vulnerables ante esta crisis de desnutrición.

En 2024, más de 7.200 niños menores de cinco años y mujeres embarazadas y lactantes de Nyala y alrededores ingresaron en programas de alimentación ambulatoria de MSF con desnutrición severa.

Con un acceso limitado a alimentos nutritivos, estos grupos se enfrentan a un mayor riesgo de desnutrición aguda severa (SAM). Esta condición, si no se trata, es potencialmente mortal.

Presencia humanitaria limitada, necesidades crecientes

trabajadores de médicos sin fronteras y personas de la comunidad ayudando a cargar un camello con comida para distribuir
Distribución de alimentos en Darfur Sur. © Hani Dweik/MSF

La escasez de actividades humanitarias llevadas a cabo por los organismos de la ONU, y la falta de una respuesta humanitaria acorde con las necesidades, imponen retos importantes. Estos desafíos afectan los esfuerzos por hacer frente a la crisis de desnutrición y a la situación general en Darfur del Sur y en todo Sudán.

Esta realidad se traduce en recursos limitados. Esto, a su vez, provoca deficiencias continuas en los servicios que salvan vidas, especialmente en el tratamiento de la desnutrición.

Nuestros equipos ya habían iniciado el apoyo nutricional de emergencia en algunas de las zonas más afectadas. Sin embargo, en las circunstancias actuales, nuestros equipos se enfrentan a una presión considerable para ampliar y mantener estos esfuerzos.

Una respuesta nutricional bajo presión

Personal de MSF hablando con una de las madres admitidas en el programa de MSF de atención a mujeres lactantes y embarazadas con desnutrición severa, mientras espera recibir las cestas de alimentos. © Abdoalsalam Abdallah

En diciembre, nuestros equipos empezaron a distribuir paquetes de alimentos. La ayuda se destinó a familias de niños y a familias de mujeres embarazadas y lactantes. Todas ellas estaban inscritas en nuestros programas de tratamiento de la desnutrición.

El objetivo era ofrecer cierto alivio a corto plazo a quienes enfrentan las consecuencias más duras de la inseguridad alimentaria. Esto fue especialmente importante mientras la situación económica seguía deteriorándose.

En el sur de Darfur, las comunidades se han visto expuestas a niveles extremos de violencia.
Muchas han sido desplazadas, especialmente las mujeres, que a menudo deben cuidar solas de familias numerosas, sin ingresos ni redes de apoyo. Con pocas opciones, la gente lucha por satisfacer sus necesidades más básicas.

«Para reducir los casos en que la comida terapéutica del niño se reparte entre los familiares hambrientos, proporcionamos una ración familiar durante dos meses. Esto permite que el niño reciba el curso completo de su terapia nutricional al tiempo que mejora la situación nutricional de toda la familia». Incluso con esta actividad en marcha, las necesidades siguen siendo abrumadoras».

Hunter McGovern, coordinador del proyecto de distribución selectiva de alimentos de MSF en Darfur Sur.
Dos mujeres, tras recibir sus cestas de comida, inician el camino de vuelta a casa en un carro tirado por un burro. © Abdoalsalam Abdallah

Nuestra respuesta proporciona raciones alimentarias de 2.000 calorías diarias por persona. Las entregas se hacen a una media de cinco personas por familia, durante dos meses.

Este programa ayuda a que toda la familia reciba los alimentos que necesita. Eso, a su vez, favorece el tratamiento de los niños desnutridos hacia un peso saludable.

«Durante nuestras distribuciones, descubrimos que el tamaño medio de las familias es mucho mayor de lo que habíamos previsto inicialmente, a veces hasta diez personas por hogar. Esto subraya lo crítica que es la escasez de alimentos y cuánta más ayuda se necesita para cubrir las necesidades reales de la población La gente viaja cuando se entera de que la familia de un pariente ha recibido ayuda alimentaria, lo que subraya la crítica escasez de alimentos sobre el terreno»

Hunter McGovern, coordinador del proyecto de distribución selectiva de alimentos de MSF en Darfur Sur.

La necesidad de una respuesta humanitaria más contundente

trabajadores de médicos sin fronteras distribuyendo alimentos
Personal del almacén de MSF cargando alimentos en el camión para transportarlos al lugar de distribución en Nyala (Darfur Sur). © Abdoalsalam Abdallah

Mantenemos nuestro compromiso de atender las necesidades nutricionales de las poblaciones afectadas por el conflicto en el sur de Darfur. La magnitud de la crisis supera con creces la capacidad del limitado número de organizaciones que responden a la crisis de desnutrición.

Nos acercamos rápidamente a la estación de lluvias y a la brecha del hambre. Es la época del año en que la población tiene más dificultades para acceder a alimentos. También es cuando se vuelve más difícil que lleguen suministros humanitarios al estado.

Los suministros para el tratamiento de la desnutrición y para los programas de distribución de alimentos deben almacenarse antes de que las comunidades queden aisladas. El personal de respuesta local necesita financiación y apoyo para continuar y ampliar los programas de distribución de alimentos a sus comunidades.

Llevar a cabo distribuciones de alimentos en el sur de Darfur es difícil, pero posible. También es posible ampliar los programas de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados y ambulatorios. Estas acciones pueden prevenir el sufrimiento y evitar muertes innecesarias.

Ante el deterioro de la seguridad alimentaria y el aumento de las tasas de desnutrición, se necesita actuar con urgencia. Es vital aumentar la ayuda humanitaria y garantizar que niños y familias reciban el apoyo que necesitan desesperadamente. Sin un esfuerzo concertado, la crisis de desnutrición no hará más que agravarse, poniendo en peligro innumerables vidas.

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