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Una enfermera de nuestra organización administra antiveneno a Kamundi, que fue mordido por una serpiente.
Kamundi tuvo que caminar durante un día para llegar al hospital de Ameth-Bek. En ese tiempo, el veneno se extendió desde la mordedura de su mano hasta la parte superior de su brazo. Si este hubiese conseguido llegar al cerebro, la mordedura habría sido letal. © Christina Simons.