En algunas de las zonas más afectadas del país, MSF inició una serie de actividades relacionadas con el coronavirus, como la prevención y control de infecciones y la detección y tratamiento de pacientes. En abril, implementamos un sistema de triaje en el hospital de distrito de Timergara, en Lower Dir, para evitar su propagación dentro del centro y proteger a personal, pacientes, acompañantes y, por extensión, al resto de la comunidad. Durante seis meses, también gestionamos una sala de aislamiento que, en el pico de la primera ola (que en Pakistán se produjo en junio), contaba con 30 camas para pacientes confirmados o con sospecha de contagio. Quienes necesitaban asistencia con respirador fueron derivados a centros de atención especializada en Peshawar.
El COVID-19 alcanzó a nuestra maternidad de Peshawar y se propagó entre el personal, lo que nos obligó a suspender las actividades durante seis semanas. Los servicios se reanudaron después de unos cambios estructurales en el hospital, la habilitación de una zona de aislamiento y la implementación de medidas estrictas de prevención y control de infecciones, que incluían el triaje de COVID-19 para pacientes y acompañantes.
En agosto, en Chaman, una ciudad de Baluchistán ubicada en la frontera con Afganistán, MSF ayudó en la habilitación de una sala de aislamiento de 32 camas en el nuevo hospital abierto en el distrito de Killa Abdullah; concretamente, colaboramos habilitando y manteniendo el sistema eléctrico y la gestión de residuos y donando equipos de protección individual (EPI) para el personal de salud. Nuestros equipos se encargaron del triaje de las personas que llegaban al hospital.
En Karachi, la ciudad más afectada de Pakistán, MSF trabajó con el Ministerio de Salud para distribuir alrededor de 160.000 mascarillas de tela reutilizables y 70.000 pastillas de jabón en más de 20.000 hogares de la Colonia Machar, un barrio densamente poblado y con pocos servicios básicos, donde era difícil mantener la distancia física. Con equipos en el terreno y una campaña en los medios de comunicación, realizamos amplias actividades de concienciación sobre la prevención del contagio.
MSF también donó medicamentos y EPI a las autoridades provinciales de Sind y Khyber Pakhtunkhwa.
Respuestas a emergencias
El COVID-19 no fue la única emergencia que azotó Pakistán en 2020. Las lluvias torrenciales en la estación monzónica causaron inundaciones en más de 350 aldeas del distrito de Dadu, en Sind. MSF envió clínicas móviles y atendió a más de 4.000 personas en un mes. También entregamos artículos de primera necesidad, como kits de cocina, higiene y refugio a unas 2.500 familias; además, rehabilitamos las principales fuentes de suministro de agua y distribuimos pastillas potabilizadoras.
Tanto en Sind y como en Khyber Pakhtunkhwa, donamos mosquiteras y trabajamos junto con las autoridades sanitarias para difundir mensajes informativos sobre la fiebre del dengue, con el fin de favorecer la prevención y el control de vectores.
Continuación de las actividades regulares
El COVID-19 impuso más obstáculos a la atención médica a mujeres y niños en Pakistán, donde la disponibilidad de servicios gratuitos y de calidad ya era de por sí limitada, especialmente en las zonas rurales. Muchas clínicas públicas y privadas cerraron temporalmente por temor al coronavirus.
A pesar de dificultades como la escasez de personal, medicamentos y EPI (causados por la alta demanda y las restricciones a la importación de artículos desde Europa), nuestros equipos continuaron proporcionando salud sexual y reproductiva y atención neonatal y pediátrica en cinco localidades de Baluchistán y Khyber Pakhtunkhwa. Comunidades locales y refugiados afganos se beneficiaron de nuestros servicios obstétricos de emergencia (disponibles las 24 horas del día), que incluyen cirugía y derivaciones de los casos complicados. Además, gestionamos un programa de nutrición para niños gravemente desnutridos en Baluchistán y la única sala de emergencias de Chaman (con atención directa y derivación de los traumatismos críticos).
Nuestro programa de hepatitis C en la Colonia Machar de Karachi siguió trabajando en detección, diagnóstico, tratamiento, asesoramiento y promoción de la salud. Desde marzo hasta junio, para evitar la exposición a el COVID-19, redujimos nuestro horario en la clínica a dos días por semana; esta medida se compensó entregando por adelantado a los pacientes medicamentos suficientes para tres meses.
Leishmaniasis cutánea
La leishmaniasis cutánea es una infección de la piel causada por un parásito que se transmite por la picadura de la mosca de arena (flebotomo) y es endémica en Pakistán. En marzo, MSF inauguró un nuevo centro de diagnóstico y tratamiento especializado en el hospital de distrito de Bannu (en Khyber Pakhtunkhwa). Esta clínica venía a sumarse a los otros cuatro centros de tratamiento que ya teníamos en Quetta y Peshawar. Sin embargo, tras la decisión de las autoridades de interrumpir los servicios ambulatorios debido a el COVID-19, tuvimos que suspender estas actividades entre marzo y julio.
Traspaso de actividades en Timergara
En marzo, iniciamos el cierre gradual de nuestro proyecto de Lower Dir con el traspaso de la sala de urgencias al Departamento de Salud. Nuestros equipos habían atendido más de un millón de consultas de emergencia desde que se inició el proyecto en 2008. El segundo paso fue el traspaso de la unidad neonatal, que había ingresado a más de 9.000 bebés entre mayo de 2014 y agosto de 2020. El proceso de traspaso finalizó en enero de 2021.
Uso inadecuado de los medicamentos para inducir el parto
Continuamos con nuestras actividades de incidencia política y concienciación sobre el uso seguro de medicamentos para inducir el parto, como la oxitocina, que a menudo se administran innecesariamente y fuera de los centros de salud. El uso inadecuado de este tipo de medicamentos está vinculado con complicaciones de salud para la madre y el bebé. En Pakistán, la oxitocina puede comprarse sin receta en muchas farmacias y es un método muy utilizado para acelerar el parto y aliviar el dolor. Utilizamos herramientas de comunicación de masas para promover prácticas médicas seguras e implicamos al Parlamento y al Ministerio de Salud para reforzar la legislación existente en relación a estos medicamentos.