Médicos Sin Fronteras continuó brindando diagnóstico y tratamiento de la hepatitis C en el Hospital de Derivación Municipal (MRH) de la capital, Phnom Penh. Nuestro personal también trabajó en los servicios ambulatorios de otros tres hospitales, organizando las derivaciones al MRH para pruebas de confirmación y tratamiento. A partir de marzo, a los pacientes ya inscritos se les administró la dosis pendiente para que pudieran continuar el tratamiento desde casa, mientras que a los recién diagnosticados se les dejó en espera.
Para apoyar al Ministerio de Salud en la lucha contra el COVID-19, colaboramos en el rastreo de contactos de pacientes con contagio confirmado y la elaboración de protocolos de prevención y control de infecciones y atención clínica, que no existían en el país. También mejoramos el triaje en seis hospitales cercanos a la frontera con Tailandia, donde estaban siendo atendidos muchos trabajadores migrantes que regresaban a casa.
El miedo al contagio impidió que muchas personas acudieran en busca de tratamiento, incluso para otras enfermedades, como la hepatitis C. Nuestros equipos pudieron contar con equipos de protección individual, y eso nos permitió reanudar las actividades contra la hepatitis C en Phnom Penh y en la provincia de Battambang a partir de mayo.
Junto con el personal sanitario provincial, el equipo de Battambang terminó de implementar la detección y diagnóstico de la hepatitis C en todos los centros médicos rurales de la provincia. MSF capacitó al personal de enfermería para examinar los antecedentes de los pacientes y buscar síntomas de cirrosis, una complicación de la enfermedad; en tal caso, el paciente es derivado al hospital del distrito. De lo contrario, es el propio personal de enfermería el que inicia el tratamiento con antivirales de acción directa. El éxito de este modelo simplificado de atención demuestra que podría adoptarse en todo el país.
Por otra parte, enviamos un equipo móvil a las provincias de Pursat y Kompung Chinang para investigar las tasas excepcionalmente altas de hepatitis C (superiores al 30%) entre los grupos más jóvenes y proporcionar tratamiento. Esta alta incidencia puede deberse a la mala praxis de un curandero tradicional de la zona, del que se sabe que usa la misma aguja y el mismo bisturí en sus consultas en ambas provincias, y de un dentista que brinda atención puerta a puerta en Kompung Chinang.