La disminución de los casos de Ébola es alentadora, pero aún existen brechas críticas

Deddeh, sobreviviente de Ébola, decide permanecer en el centro de tratamiento para cuidar al pequeño Elijah, cuya madre falleció a causa del Ébola. Foya, Liberia. ©Martin Zinggl/MSF ©Martin Zinggl/MSF

Llegar a cero casos es difícil en tanto no se subsanen las debilidades existentes en la respuesta.

Médicos Sin Fronteras (MSF) reporta una tendencia a la baja de nuevos casos en sus centros de tratamiento de Ébola en Guinea, Liberia y Sierra Leona, con poco más de 50 pacientes actualmente internados en sus ocho instalaciones. Si bien este es un avance prometedor, la organización médico-humanitaria advierte que la disminución de la vigilancia podría poner en riesgo el progreso realizado en la contención de la epidemia.

“Este descenso de casos es una oportunidad para enfocar los esfuerzos en abordar las graves deficiencias que aún existen en la respuesta al brote,” dice Brice de la Vingne, Director de Operaciones de MSF. “Estamos en el camino correcto, pero llegar a cero casos será difícil a no ser que se realicen mejoras significativas para alertar sobre nuevos casos y para rastrear a aquellos que hayan estado en contacto con ellos.”

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó la semana pasada que sólo alrededor de la mitad de los nuevos casos tanto en Guinea como en Liberia provienen de contactos de Ébola conocidos, mientras que en Sierra Leona no se cuenta con información disponible al respecto. “Un solo caso nuevo es suficiente para reavivar un brote,” continúa de la Vingne. “Hasta que cada uno de los que han estado en contacto con el Ébola haya sido identificado, no podemos quedarnos tranquilos.”

Casi no existe el intercambio de información para el rastreo de contactos de Ébola entre los tres países más afectados. “Con una población que frecuentemente se traslada a través de las fronteras, es esencial que los equipos de vigilancia basados en cada país colaboren inmediatamente para que nuevos casos no sean importados a zonas consideradas libres de Ébola,” dice de la Vingne. “Se trata de un problema regional, no específico de cada país, pero no está siendo tratado como tal.”

Sierra Leona: los casos disminuyen pero las “zonas calientes” persisten

Durante las últimas dos semanas, los casos reportados de Ébola en toda Sierra Leona han disminuido hasta el nivel más bajo desde agosto. La situación parece estar mejorando rápidamente en áreas rurales remotas como el distrito de Kailahun, donde MSF había comenzado a trabajar a finales de junio de 2014. Una respuesta global, con un temprano énfasis en promoción sanitaria, rastreo y monitoreo de contactos, junto a un pequeño número de organizaciones trabajando conjuntamente, fueron los aspectos que contribuyeron a poner la enfermedad bajo control en este distrito, que no ha reportado nuevos casos desde el 12 de diciembre pasado.

A pesar de estos signos alentadores, algunas “zonas calientes” persisten, sobre todo la capital Freetown, el Área Rural Occidental y el distrito de Port Loko. El centro de tratamiento de Ébola de MSF más ocupado es en este momento el centro Príncipe de Gales en Freetown, con 30 pacientes a fecha del 24 de enero.

Detener la transmisión es particularmente difícil en los superpoblados asentamientos precarios de la capital, Freetown. En otros lugares, el rastreo de personas que estuvieron en contacto con pacientes de Ébola no se desarrolla aun sistemáticamente, mientras que muchos contactos están siendo puestos forzosamente en cuarentena en sus hogares, experimentando en algunos casos escasez de alimentos o agua. Estas medidas de cuarentena pueden desalentar a que las familias busquen tratamiento temprano para sus parientes enfermos, por temor a ser encerrados en sus casas.

“Un problema añadido es la parálisis del sistema público de salud,” dice Karline Kleijer, Coordinadora de Emergencia de MSF. “Uno de cada diez trabajadores sanitarios del país ha muerto de Ébola, en las instalaciones médicas reina el desorden, y a las personas con enfermedades no relacionadas con el Ébola se les dificulta obtener el tratamiento que necesitan.”

La semana pasada, equipos de MSF proporcionaron 1.8 millones de tratamiento para la malaria en Freetown, la mayor distribución registrada durante un brote de Ébola.

Guinea: el estigma y el miedo siguen siendo problemáticos

Guinea también ha visto una pronunciada disminución en el número de nuevos casos; sin embargo, 14 de las 33 prefecturas del país aún se consideran “activas”. Nuevos casos parecen estar originándose en áreas del país que estaban previamente calificadas como tranquilas, como Boké, Dabola y Siguiri.

Junto con la vigilancia epidemiológica, la promoción sanitaria y la movilización social son inadecuadas y hoy no están realizando un progreso significativo en el país. “Trabajadores sanitarios y supervivientes son estigmatizados, las personas aún permanecen renuentes a buscar atención médica, y los centros de tratamiento de Ébola generan sospechas y temores,” dice Henry Gray, Coordinador de Emergencia de MSF.

MSF maneja actualmente dos centros de tratamiento de Ébola en Guinea, y conduce actividades de vigilancia epidemiológica, movilización social y entrenamientos en control de infecciones. Un equipo de respuesta rápida está basado en el lugar para responder a las necesidades a medida que éstas vayan surgiendo.

Liberia: la reapertura segura del sistema de salud público es una prioridad urgente

Liberia ha tenido el declive más pronunciado de casos de Ébola, con sólo 5 casos confirmados actualmente reportados en el país. El 17 de enero, por primera vez desde que abrió sus puertas, no hubo pacientes de Ébola en el centro de tratamiento de MSF ELWA 3 en Monrovia; hoy hay solamente dos pacientes.

El sistema de salud público de Liberia, ya de por sí muy débil, se ha visto gravemente dañado por la epidemia, con muchos hospitales actualmente cerrados. Si bien algunos están comenzando a reabrirse, el control de infecciones es crucial para mitigar el riesgo del Ébola y restaurar la confianza de la población en el sistema sanitario. MSF se encuentra apoyando trece centros de salud con actividades de prevención de infecciones y control, y está abriendo un hospital pediátrico con capacidad de 100 camas en Monrovia.

Un equipo de respuesta rápida de MSF también está desarrollando clínicas móviles, entrenando a personal sanitario local en actividades de triaje y control de infecciones, y contribuyendo a cubrir las lagunas en atención primaria. Entre octubre y diciembre, MSF distribuyó tratamientos anti-maláricos a cerca de 600.000 personas en Monrovia para reducir la carga de infecciones de malaria.

 

MSF maneja actualmente ocho centros de tratamiento de Ébola en Sierra Leona, Guinea y Liberia. Equipos de respuesta rápida están en las zonas afectadas listos para actuar ante casos emergentes, mientras que otros equipos de MSF conducen actividades de vigilancia epidemiológica, movilización social y entrenamientos en control de infecciones en centros de salud. Desde el comienzo del brote, la organización ha atendido a casi 5.000 pacientes, aproximadamente el 25% de todos los casos declarados. Adicionalmente, MSF se encuentra actualmente involucrada en la realización de dos ensayos clínicos de tratamientos experimentales, en coordinación con la Universidad de Oxford en Liberia e INSERM en Guinea. Más de 4.000 trabajadores de MSF están trabajando en los tres países afectados.

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